A pesar de su nefasta gestión de las residencias de mayores, a Pablo Iglesias le tira el tema médico. La geriatría no es su fuerte, sin embargo su inclinación a la pediatría es evidente. Ayer se descolgó con recetas de pomadita a quien le salga urticaria por verlo en el gobierno. Esa chulería poligonera puede admitirse en un mitin, no en sus declaraciones a un diario extranjero, y más cuando quien habla es el vicepresidente del gobierno de España. La afición eclesiástica (por lo de Iglesias) hacia la ciencia abarca incluso al campo de las Ciencias Naturales, no en vano llamó parásitos en el Parlamento a la oposición que se les opone (porque hay otra oposición, separatista, que no se les opone). La tradición médico-biológica es de larga trayectoria en los dictadores de cualquier tendencia, todos los que hemos conocido hasta ahora se han referido, en un momento u otro, a la necesidad de extirpar el cáncer, mutilar o extraer de raíz, al hablar de los disidentes y los críticos. También fue él quien definió sus escraches en la universidad y en la calle, como «jarabe democrático». La pomadita, el jarabe y los parásitos no son, ciertamente realidades ajenas a la ciencia de la pediatría, y debe ser por eso mismo que un político inmaduro y en permanente eclosión de testosterona a flor de labia, sabe manejarlas a placer. Sería de desear que quien tiene bajo su responsabilidad directa la coordinación de las residencias de mayores y que demuestra tanto desparpajo con la aplicación de remedios terapéuticos hubiera al menos promovido una campaña seria sobre los efectos del coronavirus. Si en la antigua normalidad era habitual ver cánceres de pulmón y tumores en las cajetillas de tabaco, choques violentos y tragedias familiares en los anuncios de la DGT, y roturas sociales y familiares en las campañas sobre la drogadicción, el alcoholismo y la violencia doméstica, sería de agradecer que en esto que llaman la nueva normalidad el susodicho promoviera iniciativas para que la ciudadanía viera enfermos en las UCI intubados, en coma, o en una pura tos y fiebre, así su sueldo podría justificarlo con alguna aportación útil. Para variar.

* Escritor

@ADiazVillasenor