Según un bello ensayo divulgativo de Isaac Asimov, que da título a uno de sus libros, donde se conjugan espejos, el mundo irreal de Alicia y la paridad en las partículas subatómicas (que al final no se conserva; vaya por Dios) el electrón es zurdo. Como también lo es José Manuel Sánchez Ron --catedrático de Historia de la Ciencia y vicepresidente de la RAE-- a juzgar por la foto en que aparecía, hace varios días, firmando algunos de sus libros en la sala que alberga los bellos facsímiles donados a la Biblioteca Universitaria por Francisco Gracia Padilla. Quizá por este pequeño detalle se le dé tan bien lo de divulgar el mundo de las partículas elementales sobre el que se edifica el Sistema Periódico de los Elementos cuyo 150 aniversario está conmemorando, con diversas actividades, la Facultad de Ciencias. Entre otros rubricó el de «Viva la Ciencia» recordando con añoranza a su ilustrador, el genial Mingote, algunas de cuyas imágenes utilizó en el ajustado y ameno recorrido científico que, ante un nutrido auditorio, llevó a cabo en el Campus de Rabanales comentando la famosa Tabla iniciada en 1869 por el ruso Dmitri Ivanovich Mendeleiev. (Al fin y al cabo Sánchez Ron fue con anterioridad Bibliotecario de la Docta Institución, así que no es de extrañar su querencia hacia la del Alma Mater cordobesa).

... Nihovio, Flerovio, Mosconio, Livermonio, Téneso y Organeson. Así finaliza (por ahora) una lista que hoy ya registra 118 elementos. Y la cosa sigue. Es un conjunto de filas y columnas que encierra un enorme contenido científico y que también alberga historias de todo tipo. Algunas apasionantes. Dice Primo Levi en su libro El sistema Periódico, que comprender la materia es preciso para conocer el Universo y a nosotros mismos. Para el escritor italiano no existía duda de que el sistema periódico de Mendeleiev «es un poema más elevado y solemne que muchos de los que nos hacen tragar en clase». Y un buen ejemplo de la interrelación de cuanto existe en el Cosmos. Ya se sabe el viejo dicho de que la Biología es Química, la Química es Física y todo se expresa con las Matemáticas. Aunque en realidad, en origen y en final, todo sea Filosofía y siempre rezume una atractiva belleza.

Ahora que es mayo sentimos, como todos los años, ese aire que renueva no sólo nuestros pulmones, sino también nuestras sensaciones. Parecen las mismas, pero siempre nos enriquecen con sutiles variaciones. Cambian los extranjeros que nos visitan pero hay uno que respiramos todos los días. Y, junto a él, entre otros, circula un personaje oculto y otro perezoso, al que es difícil poner en marcha, además de un nuevo que en realidad es tremendamente viejo. Como dice Primo Levi tan pagados todos de sí mismos que no se mezclan con nadie. Cosas de la nobleza. Quienes sepan algo de Griego ya los habrán identificado.

Y es que solo con comentar el origen del nombre de cada elemento hay ya para un manual. Una propiedad, la Mitología, la Geografía, un científico... Ya imaginarán ustedes de donde proceden los del Paladio y el Selenio. O los del Copernicio, el Nobelio o el Einstenio. Por no hablar del Téneso, el Moscovio o el Californio. Varias mujeres han aportado también elementos a la lista. La más conocida Marie Curie, con el Radio y el Polonio. Otras hallaron el Ástato, el Renio o el Francio. Pero curiosamente solo dos denominaciones hacen referencia a científicas: el Curio en honor al célebre matrimonio y el Meitnerio en memoria de la física austriaca Lise Meitner. Ni que decir tiene que también existe el Mendelevio con el número 101. Por cierto que los españoles aportamos el Tungsteno y el Platino. Y, tras una serie de peripecias, tenemos bastante que ver con el Vanadio. Algo es algo.

Lo más probable es que la lista continúe creciendo, aunque no se sepa hasta dónde. También sigue aumentando con el tiempo la que van propiciando, con su imaginación, los autores de SF. Los seguidores de Stark Trek les hablarán del Dilitio y los del Universo Marvel del Vibranium. El Energón es fundamental para los Transformers. En las minas de Moria del Señor de los Anillos se extraía el Mitrilio y el Unobtainium (inobtenible) es el causante de la invasión de Pandora en el film Avatar. Aunque ya se sabe que la realidad supera en ocasiones a cualquier fantasía.

A veces la Tabla periódica nos hace la vida un poco dura. Uno llega al patio de Barrionuevo 43, mira su hermoso rosal y le cuesta pensar que es solo una combinación de elementos. Mejor asociarlo a una historia que leí hace poco en la que un príncipe busca por el Universo la Cueva de las Lágrimas de Alá (homónima de la de James Bond) en la que los pétalos de una flor le indicarán el camino para encontrar a su anhelada princesa. Ya comprenderán que leerla y ponerse a reflexionar sobre los sistemas de navegación o la bioquímica de las lágrimas le quita emoción al asunto. Aunque... bien pensado... A lo mejor no. ¿Qué elementos compondrán las lágrimas de Dios?

* Periodista