El analista político Ignacio Varela decía ayer en el programa Espejo Público (Antena 3) que en la política nacional reciente «sobra gestualidad» y falta eficacia, refiriéndose a cuestiones como los sucesos en Cataluña o la exhumación de los restos del dictador Franco. El argumento me ha hecho pensar que quizá también en la política local estamos llegando a una cierta sobrecarga de gestos baratitos. Y digo lo de «baratito» sin ánimo peyorativo, sino haciendo referencia a que casi siempre son acciones con tanta polémica y rendimiento electoral como moderado es su coste.

Verán: la peculiar alternancia de gobiernos de izquierdas y de derecha a lo largo de los cuarenta años de ayuntamientos democráticos ha dejado en Córdoba una lista que cada vez es más larga de pequeños temas muy sensibles para los ciudadanos que, dependiendo que el gobierno sea de izquierdas como en seis corporaciones (1979-1995, 1999-2011 y 2015-2019), o de derechas, en el caso de los regidores Rafael Merino (1995-99), José Antonio Nieto (2011-2015) y José María Bellido (2019), vienen acompañados por todo un vaivén de símbolos que retocar según el color de la Alcaldía.

Que hay gobierno local de izquierdas. Pues toca que el cartel de la Velá de la Fuensanta tenga más cocodrilo y menos Virgen, más personajes de dibujos animados en la cabalgata de Reyes Magos, algo más de alumbrado navideño en los barrios (sin llegar a contentar a nadie), más innovación en el cartel de la Feria con menor alusión a lo de la «Virgen de la Salud», se paraliza el proyecto de Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones junto al Parque Joyero con misteriosos motivos...

¿Y si el gobierno local es del PP? Pues, hala, gestos de signo contrario: más Virgen de la Fuensanta dejando al cocodrilo en el cartel casi como una salamanquesa, la carroza de la Anunciación crece en florituras en el desfile de Reyes Magos, más alumbrado navideño en el Centro (sin contentar tampoco a todos), más Virgen de la Salud y caballos en el cartel de la Feria de Mayo, se impulsa (con otros argumentos también misteriosos) el Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones o retoma su importancia el Belén Municipal. El de Navidad, que hay otros belenes políticos que se montan en Capitulares independientemente de la fecha del año.

Pues bien, a esta lista de gestos que son sellos de la casa se han añadido recientemente la polémica por el nombre de algunas calles (mucho cuidadito, que se está jugando con fuego y con enormes sensibilidades) y, lo más reciente, la plataforma de control de entrada a los Patios durante el certamen municipal de mayo, sistema de acceso con cita previa vía internet que cuestionan muchos cuidadores de estos recintos porque desalienta al público cordobés a visitar los Patios, a participar en su fiesta.

Y no es que un servidor tenga nada en contra en que cada gobierno municipal se rodee de su simbología, ¡faltaría más! Pero coincidirán conmigo en que con tan larga lista estamos perdiendo mucho tiempo y esfuerzos en estar pendientes de cambiar «cositas» del gobierno local anterior antes de preocuparnos de los problemas auténticos de la ciudad y en no perder subvenciones o en plantearnos qué se puede hacer cuando hay cierto dinerito en la caja del Ayuntamiento, como ahora.

Porque los gestos son importantes, sin duda, pero que acaben siendo lo único relevante en lo que nos fijemos desde la izquierda o desde la derecha... Es todo un peligro.