Al hacer una recapitulación sobre los programas dedicados a las festividades navideñas por los medios audiovisuales públicos españoles, hay algo que ha faltado como ya es habitual. Me refiero al buen circo que por fortuna no falta en mi «menú» televisivo navideño. Hace bastantes años la televisión pública alemana me hizo adicto en Navidad al Festival Internacional de Circo de Mónaco que este año ha cumplido su 45 aniversario. Unas veces lo emitieron las cadenas federales ARD y ZDF, y otra como este año, la autonómica de Baviera. Qué maravilla de circo para adultos y niños vi a través de mi parabólica. Todos los años me sorprendo con números inimaginables e inéditos, a cargo de artistas rusos, ucranianos, chinos, etc. Siempre realizan exhibiciones que parecen imposibles. En 1782 el circo inglés Astley presentó por vez primera caballos amaestrados, ahora tan habituales. Pero este año lo que vi fueron burros amaestrados emulando a los caballos. La familia Grimaldi al completo entregó los premios a los números más espectaculares. Incluso los de payasos me sorprendieron. Cambiando de tema, lo que no faltó aparte del Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, fue la buena programación de Radio Clásica de RNE. Las privadas van a lo suyo que no es precisamente buena música navideña. Aunque para mi sorpresa encontré una excepción que confirma la regla. Andrés Amorós en esRadio dedicó el día de Navidad y el día de Reyes a obras de grandes compositores muy bien comentadas. Algo es mucho cuando la música navideña va envuelta en verdadero arte.