La exposición y la confrontación pública de ideas es la base de cualquier proceso participativo, y un elemento fundamental para la Administración andaluza en la toma de decisiones. En materia medioambiental, los debates suelen concitar opiniones que, en muchos casos, se plantean desde posiciones diametralmente opuestas. Para lograr un dictamen final, es necesario modular los discursos de acuerdo con criterios técnicos y científicos y, por supuesto, acomodarse al marco legal. En ciertas ocasiones, algunos de los colectivos, con intereses particulares, que forman parte de los órganos de participación y colaboración transmiten a la opinión pública una interpretación que dista mucho de las resoluciones acordadas.

Esto es evidente en el caso de la conservación del lobo en Sierra Morena. En los últimos meses, una organización agraria ha publicado artículos de prensa en los que cuestiona la reintroducción de ejemplares de la especie en Andalucía. Sin embargo, como ellos saben, esta resolución nunca se ha tomado.

La realidad es que el reforzamiento de la población se contempla como una posibilidad remota entre las 41 medidas que recoge el Programa de Recuperación del Lobo en Andalucía, condicionado al resultado de diferentes estudios y actuaciones, y a que exista una percepción favorable entre las personas que viven o desarrollan su actividad en su área de distribución, pues de otra manera cualquier actuación estaría abocada al fracaso.

Actualmente, además de intentar conocer la situación real de la especie (genética y ecológica) en nuestra comunidad, se está ejecutando el proyecto LIFE El lobo en Andalucía: cambiando actitudes. El objetivo es mejorar, a través de la información y el conocimiento, la percepción que tienen determinados colectivos rurales de este animal, pues no hay argumentos científicos ni técnicos que justifiquen una actitud contraria a su presencia en Sierra Morena.

Las acciones concretas del proyecto se centran en la sensibilización de sectores sociales clave, la participación ciudadana, la valorización de recursos y la transferencia de resultados. Con ello se intenta recuperar la imagen del lobo para la cultura local, así como el valor añadido que puede tener para la economía rural.

El proyecto, coordinado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, cuenta con la cooperación de WWF-España, la Federación Andaluza de Caza (FAC), la Asociación de Propietarios Rurales, Productores de Caza y Conservadores del Medio Natural de Andalucía (Aproca), la Asociación Empresarial de Criadores y Titulares de Cotos de Caza de Andalucía (Ateca), la Asociación de Pastores por el Monte Mediterráneo (APMM), así como con el apoyo de la Sociedad Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (Covap). Todas estas son organizaciones de referencia, y muestran el espíritu de diálogo y entendimiento que se pretende alcanzar con las poblaciones rurales, y en particular con los sectores que se han identificado como clave, para lograr la coexistencia del lobo y evitar su extinción en Andalucía.

Por otro lado, cabe reseñar que la protección y conservación del lobo en Sierra Morena es un imperativo legal de carácter europeo, estatal y autonómico. Para ello se han adoptado diferentes acciones, como el establecimiento en Andalucía, desde 1986, del derecho del ganadero a percibir una indemnización por los daños de la acción predadora del lobo; la protección de toda su área de distribución histórica como zona especial de conservación (ZEC); o el asesoramiento a las explotaciones ganaderas sobre diferentes métodos para evitar los ataques de lobos. En cualquier caso, lo que no tiene sentido es posicionarse en contra o a favor de su reintroducción, ya que aún no se ha adoptado ni se tiene previsto adoptar ninguna decisión al respecto.

* Director general de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos