Igual que la elección de la Mejor Cocinera del Mundo tiene sus detractores e incluso ha sido rechazado por premiadas como la española Carmen Ruscalleda, el concurso francés para cocineras La Cuillère d’Or ha sido recibido con polémica en su llegada a España. «Me parece que por ahí no vamos bien, no es la forma de ayudarnos a tener más visibilidad en el sector», afirma a Efe María José San Román, cocinera y propietaria de Monastrell, con una estrella Michelin en Alicante, y presidenta de Mujeres en Gastronomía (MEG). La Cuillère d’Or viene avalado por su trayectoria desde 2010 en Francia y se presenta como un «concurso gastronómico cien por cien femenino», lo que no ha sido bien recibido ni en redes sociales ni en el seno de MEG.