Hoy han decidido el cambio de nombres fascistas del callejero, cosa que me satisface, pero a la vez estoy triste porque mi querido y admirado Elio Berhanyer, diseñador cordobés que cumplirá en febrero 90 años y que ha llevado el nombre de nuestra ciudad por todo el planeta, no podrá ver cómo su querida Córdoba le hace el merecido reconocimiento, porque resulta que existe una absurda ordenanza municipal que no permite ponerle nombres a personajes vivos. Estoy seguro que el día que muera Elio tendrá ese reconocimiento, pero él no lo verá. He hablado con personas de todos los partidos, muchos de ellos concejales y todos me dan la razón, que debería de verlo en vida, pero la ley no lo permite. Es todo tan absurdo. Con lo bonito que hubiese sido que Elio, que nació en los Olivos Borrachos, le diese el nombre a la avenida que rodea el barrio y que además ha tenido hasta hoy el nombre del infame Periodista Quesada Chacon, que redactó la pena de muerte por la que ejecutaron a Juan Berenguer, padre de Elio. Siento una terrible impotencia por no haberlo conseguido.