Carta abierta a los responsables del gobierno y desgobierno de la ciudad.

Hechos: sábado 17 de noviembre de 2018, 17:35 horas, calle Muñices, andando en dirección a mi domicilio, sola, en condiciones físicas límites. Tapona el acceso a la calle, calzada y aceras, multitud de personas en actitud de procesión formal. En medio, una pancarta, ¿anuncio, aviso?, ostentado encima de las andas desnudas de un paso. Se trata del IV ensayo procesional de una hermandad de pasión. Detrás, banda de unos 100 instrumentos en plena acción sonora. En los laterales equipos humanos de costaleros y alto número de acompañantes. Mi penosa persona, en sentido contrario, pensando en las urgencias hospitalarias, abrumada por miradas de ira hacia una supuesta obstruccionista irreverente.

Tras el ensayo, un coche de la Policía Local me informa de que el evento tiene el permiso correspondiente. Por estas zonas, cada fin de semana, vienen procesionando algunas Hermandades de Gloria, estas creo que no ensayan, aunque antes no salían así como así. Las hermandades de Semana Santa (nombradas de pasión) hace años que ensayan, pero lo hacían de noche, con una luz intermitente en lo alto, un magnetofón con la marcha correspondiente y un acompañamiento medido de fieles y costaleros, de modo que solo obstaculizaban a los camiones de basura que recogían los contenedores y, si acaso, a algún noctámbulo impenitente.

Como ciudadana con vocación de respeto a las tradiciones y respeto al uso de lo público, en este caso de aceras y calzadas, veo posible y necesario armonizar una justa utilización de los espacios de la ciudad y me pregunto:

--¿No sería necesario poner en conocimiento de los vecinos afectados la ocupación de la vía pública por obstáculos que dificultan la movilidad, el uso de cocheras, los traslados urgentes...? Conozco que se tiene que hacer algo así cuando ponen escaleras, se hacen mudanzas, obras en las fachadas...

--¿No sería más propio planificar, atemperar el número de ensayos de procesiones o trasladarlos a zonas poco transitadas? Se nos plantea: De aquí a la Semana Santa de abril del 19, hay tiempo de realizar unos 10 ensayos. Por unas 40 hermandades, son 400 ocupaciones de vía pública en horarios e itinerarios como el de hoy.

--¿Es que estas ocupaciones generalizadas de la vía pública pagan impuestos proporcionales a los que pagamos los vecinos por ocupación de vía pública a causa de nuestros coches y esto le conviene a nuestro Ayuntamiento?

--¿Es que no tienen limitación de ocupación de espacios otras manifestaciones ostentadas por las calles? ¿Qué supondría en campaña electoral que una formación política encontrara via libre para disponer de tamaño escaparate con tan poco coste?

Muchas más preguntas nos hacemos, no por maldad, aversión o descrédito a la fe de nuestros mayores, sino por el justo reparto y disfrute del derecho de todos los ciudadanos a su ciudad.