Al cumplirse los 40 años de existencia de Acpacys de Córdoba (toda una larga trayectoria de gran servicio a los paralíticos cerebrales de la capital y provincia) y recordando sus comienzos, que fueron allá por el año 1979 en el colegio Averroes, por unos padres luchadores que deseaban lo mejor para sus hijos, no me puedo sentir más orgulloso y satisfecho de pertenecer a esta querida asociación, por sus grandes proyectos y metas conseguidas. Uno de estos se pusieron en común en un gran encuentro que celebramos a nivel nacional el pasado 5 de octubre en la Diputación, en el cual, se abordaron temas y problemas que afectan a nuestro colectivo. Destaco entre ellos, dos de ellos que me llamaron especialmente la atención:

1. La situación de la mujer discapacitada en la sociedad, especialmente paralítica cerebral, es todavía algo marginal y hablo en concreto del tema médico. Es decir: existen ciertas trabas o reticencias dentro de la medicina actual para abordar asuntos internos o ginecológicos que puedan plantearse.

2. Por otro lado, en el tema jurídico, existen algunos jueces que aún no reconocen la potestad de la persona con parálisis cerebral gravemente afectado, que solo puede expresarse a través del movimiento de los ojos para decir «sí» o «no».

Espero que todos estos casos se vayan solucionando poco a poco, sin olvidarme, por supuesto, del fundamental problema del empleo, sufriéndolo un porcentaje muy alto de la población y felicito muy gratamente a los organizadores del encuentro.