Los duques de Sussex no han escatimado esfuerzos en su defensa contra los tabloides británicos tras la demanda anunciada la semana pasada contra el diario Daily Mail por la publicación de una carta enviada por Meghan Markle a su padre y a la presentada contra el Daily Mirror y The Sun por el supuesto hackeo del teléfono móvil personal de Enrique.

En lugar de contar con los abogados del bufete Harbottle & Lewis, la firma que suele representar a la familia real británica en este tipo de asuntos, han contratado a Keith Schilling, un abogado de 63 años que los medios conocen como el rottwailer por la fiereza con la que defiende a sus clientes. Fue su despacho el que ganó el caso que enfrentó a Naomi Campbell contra el Mirror por haberla fotografiado saliendo de una clínica de desintoxicación y contribuyó a que el derecho a la privacidad fuera reconocido en Reino Unido.