Pedro Sánchez no ha querido responder este sábado por qué su partido promovió el pasado miércoles un acuerdo con Bildu para derogar la reforma laboral, después de que él mismo afirmara, en julio del 2019, que nunca llegaría a un pacto con esa formación independentista vasca. El jefe del Ejecutivo ha preferido poner el foco en el PP y culpar a Pablo Casado de su acercamiento a Bildu para garantizarse que la prórroga del estado de alarma podía salir adelante.

Hasta en cinco ocasiones, tras otras tantas preguntas de los periodistas, Sánchez ha señalado al principal partido de la oposición como el responsable de ese acercamiento por haber anunciado su voto en contra del alargamiento del estado de alarma. El presidente ha dicho que la negativa de Casado abrió la "espita" a "otros debates que nada tienen que ver con la salud pública" y llevó, en este caso a Bildu, a proponer la derogación de la reforma laboral del PP a cambio de su abstención.

Finalmente, los votos de los cinco diputados independentistas vascos al final no fueron necesarios, pero Sánchez ha admitido que su grupo parlamentario no tenía asegurados los otros (Ciudadanos y PNV) y quisieron asegurarse. "Si no se hubiera aprobado esa nueva prórroga, mañana mismo, no dentro de una semana, mañana mismo, cualquier persona de cualquier territorio podría haber cogido su coche e irse a su segunda residencia en otra provincia (...) poniendo en riesgo todo lo alcanzado", ha afirmado.