Con una dilatada trayectoria en el mundo de la guitarra y el flamenco, Paco Navarro ha sido el elegido por Adidas para protagonizar, junto a la ciudad de Córdoba, su último spot publicitario. La marca alemana ha diseñado una colección de zapatillas llamada City Series 2020 que incluye un modelo inspirado en la capital cordobesa y su patrimonio histórico. Los tonos rosados elegidos para la confección de las zapatillas recuerdan a las flores de los tan famosos patios cordobeses.

--¿Cómo se le presentó la idea de hacer esta colaboración con Adidas?

--Me llamaron desde Liverpool, me comentaron que iban a sacar unas zapatillas inspiradas en la ciudad y me quedé bastante sorprendido porque yo no me considero ningún embajador de Córdoba, me considero un cordobés con una escuela de guitarra.

--¿Qué supuso para usted que lo eligieran? ¿Por qué cree que fue el elegido?

--Pues la verdad, no sé muy bien porque me eligieron. Cuando me llamaron yo pensé que querrían a alguien que hiciera deporte, pero su idea era reflejar en el anuncio el por qué le habían puesto el nombre de Córdoba al modelo de zapatillas. Para promocionar eso, lo que querían era hablar de la ciudad y me eligieron a mí porque además de ser de aquí, estoy relacionado con el flamenco y ellos relacionan mucho el mundo de la guitarra y del flamenco con Córdoba.

--¿Cree que haber participado con una marca tan reconocida le va a dar una mayor visibilidad?

--Por supuesto, y más si la publicidad viene de la mano de un gigante como lo es Adidas. En un primer momento me pareció extraño. Lo habitual para mí, es que me llame una revista de flamenco o un periódico para hacerme un reportaje, pero que me llame Adidas era algo novedoso. Podría decir que ha supuesto la mayor repercusión que he tenido en cuatro días en mi vida. A día de hoy ya suman más 100 000 reproducciones solo del vídeo que yo he colgado en mis redes sociales.

--¿En qué momento se grabó el anuncio? ¿Tuvo lugar antes de la pandemia?

--Sí, esto se grabó para enero o febrero y se suponía que saldría a finales de marzo o principios de abril, pero con la llegada de la pandemia se atrasó. Yo diría que de alguna manera lo olvidé y pensaba que con todo este tema del coronavirus quedaría un poco relegado.

--¿De dónde le viene su pasión por la guitarra?

--Es cierto que me viene un poco de rebote, o mejor dicho de casualidad. Mi familia, por trabajo, emigró a valencia y junto al negocio familiar abrieron una escuela de guitarra. Mi hermana, mayor que yo cinco años, se apuntó y como es habitual en los hermanos menores siempre queremos hacer lo que los mayores hacen. En ese momento tenía ocho años y no había escuchado una guitarra en mi vida. Desde entonces llevo dentro del mundo y este año cumplo cuarenta años de guitarrista.

--¿A los ocho años supo entonces que quería dedicarse al mundo de la guitarra?

--Yo supe que quería ser guitarrista a partir de los seis meses que estuve tocando allí. La verdad que al principio me lo tomé un poco como un juego, porque uno nunca sabe si se va a cansar al poco tiempo de empezar, pero con el tiempo me di cuenta que no era un capricho, cada día me gustaba más. A los trece años, ya de vuelta a Córdoba, empecé a conocer otros guitarristas y Valencia no es Córdoba en este ámbito.

--A Córdoba y a Andalucía en general se les conoce por el flamenco ¿Cree que hubiese sido diferente el montar su escuela en Valencia y no aquí en Córdoba?

--Cuando monté la escuela no sabía exactamente si iba a ser más fácil o más difícil sacar adelante una escuela aquí. La lógica me dice que si pongo una escuela como esta en Ámsterdam, que no hay nada parecido, sería más fácil llenarla, pero también es cierto que hay menos afición allí. Por eso no sé como valorar cual hubiera sido la mejor decisión. Lo que sí era consciente es que ponía la escuela en el sitio donde más se sabe de esto y eso podía ser arriesgado.

--¿Cuándo fue el momento que se decidió a abrir su escuela de guitarra?

--Hace ahora trece años que decidí montarla, después de estar tocando profesionalmente durante mucho tiempo. Llegó un momento que no me gustaba esa vida, económicamente hablando, porque las campañas para tocar suelen ser en época de verano y el invierno es duro, en invierno no se hace nada. En aquel momento pensé que montar una escuela me crearía una estabilidad, además pensé en crear un método para ser de los mejores, no de los mejores guitarristas, porque ya están, pero si pensé en ser de los mejores profesores que tuviera esta ciudad.

--¿Qué tipo de enseñanzas podemos encontrar en la escuela?

--Aquí, principalmente, se imparte enseñanza flamenca. Para ellos contamos con clases individualizadas, donde yo me adapto a los alumnos y a los diferentes niveles que presentan, porque aunque todos tocaran las mismas horas cada alumno avanza de manera diferente. Destacaría sobre todo que es una escuela a la carta, donde nos centramos en lo que al alumno le gusta, eso sí, pasando siempre por una parte técnica fundamental para que funcionen las manos.

--Algo que me ha llamado especialmente la atención son las masterclass que se imparten aquí ¿Puede comentarnos cómo se desarrollan?

--La primera masterclass que hice aquí en la escuela fue con un guitarrista maravilloso y amigo mío que se llama Antonio Rey, la hice como todo el mundo imparte este tipo de clases, pero el resultado que obtuve no me gusto. Cuando terminó esta masterclass, que se impartió en abril de 2014, tome nota y me estudie muy bien la estructura que quería que siguieran las siguientes. La segunda de ellas se hizo con Josemi Carmona de Ketama y decidí que los asistentes no trajeran guitarras por tres motivos fundamentalmente. El primero de ellos, por el alumno, para que no se sintieran unos inferiores a otros por el nivel que poseían; el segundo, para amenizar la clase y que no se formase un autentico follón con veinte guitarristas tocando a la vez; y el tercero, para que el maestro no fuese interrumpido. Todo esto lo solucione grabándolo en video y editándolo a posteriori, una vez el video estaba listo yo se lo subía a la nube para que el alumno lo visualizara y memorizara en casa. Todos, maestros y alumnos, reconocen que es el mejor sistema para aprender en una masterclass.

--¿Considera que el estudio de la guitarra es más complicado al de otros instrumentos?

--La música en general es muy difícil, pero es cierto que un niño de un año toca una tecla de un piano y suena, en cambio la guitarra no. Con esto no quiero decir que unos sean más difíciles que otros porque todos los instrumentos son súper difíciles de aprender. Hoy día, donde la sociedad exige mucho más, la mejor forma de dedicarse profesionalmente a la música es pasando por el conservatorio, dónde te dan unos conocimientos teóricos que combinados con los prácticos te pueden llevar a ser un genio. Además de la salida profesional que te brinda el haber pasado por conservatorio.

--¿Cómo ha sido impartir clases en tiempos de coronavirus?

--Normalmente yo tengo dos líneas de trabajo, por un lado tengo la escuela física y por otro la escuela online. Con esta última llevo ya 10 años y doy clase a personas de todo el mundo. Con la llegada del coronavirus me ha supuesto la eliminación de la clase física. Aquí en la escuela hay cincuenta alumnos y no tenía tiempo físico para hacer videollamada con cada uno de ellos. Es por eso que he hecho lo que otras muchas empresas, las clases eran a través de una aplicación. Si de normal el alumno asistía dos horas a la semana, durante el confinamiento teníamos clase grupal de lunes a jueves. Además cada uno se encontraba a un nivel diferente, es por eso que les dejaba la puerta abierta a que ellos me fuesen pidiendo cosas.

--La cultura ha sido un sector muy castigado con la llegada de la pandemia ¿Cree que se le está dando el lugar que merece en toda esta vorágine que estamos viviendo?

--Creo que la cultura ha sido la peor parada de la pandemia, creo que este gremio ha sido de los únicos de los que no se han acordado y estoy hablando de toda la cultura no solo del mundo de la guitarra. Los artistas cobran cuando realizan el espectáculo, si el evento se ha sido cancelado el empresario que está detrás no puede pagarles y el gobierno no les ha ayudado en mucho.

--¿Qué espera que le llegue en un futuro no muy lejano?

--Espero que la escuela siga, como mínimo, como está y seguir creando proyectos. Ahora estoy creando una plataforma estilo Netflix, podríamos decir, de la que no puedo decir todavía muchas cosas, pero si todo sale bien puede ser la revolución a nivel mundial del dar clase online sin tener que estar yo frente al alumno. Esta plataforma podrá accederse a ella mediante una suscripción que te dará acceso a las clases de guitarra. Si el alumno quiere otro tipo de clases deberá pagar una cuantía insignificante que le dará acceso al demás contenido. Puedo adelantar también que será grabado en 360º y las localizaciones serán lugares emblemáticos de la ciudad. El fin último de esto es que todo el mundo pueda acceder sin que suponga un desembolso económico.