La música grabada en España volvió a pegar un estirón en el 2017, al recabar casi un 9% más de ingresos que el año anterior, una de las subidas más abultadas y la cuarta consecutiva en positivo desde que la industria nacional dejó en el 2014 casi tres lustros de contracción por la piratería. Según el informe dado a conocer ayer en Londres por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés), el sector generó 231,7 millones de euros el pasado año en este país, lo que supuso un 8,9% frente a los 212,8 millones de 2016 y la cifra más alta desde 2008, cuando en plena recesión del negocio se cosecharon 254 millones de euros.

En un ciclo de signo distinto, la música española se felicita ahora por este dato que mejora además de forma palpable el interludio previo, el del 2016 al 2015, cuando la subida fue de tan solo un 1,67 por ciento, tras el enorme salto del 10% dado el año antes, del 2015 al 2014, la más alta hasta el momento. De los casi 232 millones del 2017, unos 79 procedieron del mercado físico. Así pues, los buenos datos vinieron sobre todo del mercado digital, un 14% más grande que en el 2016, lo que le permitió acaparar un 65,8 por ciento del total, esto es, 152,4 millones.