David Pino presentó Mi largo caminar en la sala Polifemo del Teatro Góngora, lugar que él prefirió porque hacía más cercano el mensaje intimista con el que nos deleitó durante su actuación. Comenzó con una serie de visualizaciones que preconizaba desde su infancia esa pasión irreductible por ser cantaor y el apoyo de sus amigos artistas para llegar a serlo.

Una personalidad sólida asentada en sus inamovibles convicciones plasmadas en este trabajo, en el que juegan un papel muy importante las colaboraciones de guitarristas de primer nivel en esta su primera incursión en el mundo discográfico. Además cuenta con un pequeño pero importante protagonismo: la voz del maestro Fosforito, que avaló con su presencia el trabajo de su amigo.

David Pino es además un comunicador nato, que diseccionó con gran poder de convicción la inclusión de los cantes que conforman este trabajo. Así, iba explicando previamente su autoría y su versión personal, desde la malagueña de Chacón hasta la soleá apolá, la liviana, la petenera, culminada con el canon fosforero, unos novedosos caracoles bailados magistralmente por Keko y esa vidala interpretada a dúo con la flamenca voz de Sara Denez y el violín de Eles Bellido.

Una serie estilística de tangos cerró esta cuidadísima puesta escénica de David Pino, enaltecida de manera irreprochable por las magistrales guitarras de José Tomás, Alejandro Hurtado, Gabriel Expósito y Manolo Franco. Todos comprometidos en este trabajo al que han aportado su gran técnica y el exclusivismo de su creatividad, para realzarlo y plegarse al mensaje de este joven cantaor. Esperamos que Pino nos depare futuras alegrías en un corto plazo, ya que aquilata conocimientos y talento para proseguir otro largo caminar en el que figuren otros palos que no se han podido incluir en su primer trabajo.