La directora y guionista Josefina Molina ha abogado por «visibilizar a las mujeres» en el mundo audiovisual porque permite crear referentes para las nuevas generaciones, que, según ha dicho a Efe, en España han conseguido hacer «un cine muy certero, entendible y analítico con la sociedad actual».

Molina (Córdoba, 1936) participó ayer sábado en un coloquio antes de la proyección de su película «Esquilache», incluida en el ciclo «La pantalla del arte», organizado por el Museo Würth de La Rioja. «Esquilache» (1989), recordó, está basada en un texto de Antonio Buero Vallejo, quien era «muy concienzudo» en la documentación de sus obras, lo que le otorga «una profundidad y un análisis» que ha evitado que esta película haya perdido actualidad, a pesar de que hayan pasado más de treinta años. «El teatro me gusta mucho, supone el origen de todo para contar una historia, y para un director de cine es una actividad imprescindible saber adaptar un ensayo teatral, porque tiene algo muy enriquecedor para nuestra profesión», aseguró.

Aunque ella reconoce que se ha sentido «muy cómoda» en su ejercicio como directora teatral, el cine ha sido lo que realmente le ha motivado a lo largo de su dilatada carrera profesional, que comenzó en 1967 en TVE, aunque años antes había fundado su primer compañía de teatro, Medea.

Molina fue la primera mujer que obtuvo el título de directora-realizadora en la Escuela de Cinematografía de Madrid en 1969. «Si no me hubiera dedicado al cine, mi vida habría tenido un vacío importante. Tuve la libertad de elegir mi profesión, eso sí que es un privilegio», subrayó.

Como fundadora de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), persigue lograr la igualdad de oportunidades para las realizadoras y directoras, ya que sostiene que actualmente no tienen las mismas oportunidades ni perciben las mismas remuneraciones que sus compañeros varones.

“Lograr la igualdad es un movimiento que no tiene vuelta atrás. Las mujeres tienen que tener la autoestima suficiente para seguir adelante, no echarse atrás nunca y seguir sus impulsos”, ha defendido.

A su juicio, el “impulso” de una creadora de cine es “muy fuerte”, porque es un medio de expresión de este tiempo sin el que se entendería el mundo.