"La regla no escrita para quienes queremos dedicarnos a la carrera investigadora universitaria es marcharnos unos años al extranjero”, explica Rafael Pineda. “Primero, para mejorar el nivel de inglés, el idioma científico por excelencia -añade-, y luego, para poder aprender las técnicas de laboratorio más novedosas, con el fin de traerlas de vuelta contigo a España. Aunque sea cierto que en España cada vez se hace una investigación demayor calidad”.

Rafael Pineda Reyes, cordobés de 32 años, es licenciado y doctor en Veterinaria por la Universidad de Córdoba, y desde hace dos años trabaja como investigador postdoctoral en el Centro de Fisiología Integrativa de la Universidad de Edimburgo.

“Fui afortunado al obtener una de las becas del Ministerio de Educación para estancias postdoctorales en el extranjero en la convocatoria del 2010, ya que ha sido la última hasta el momento”, señala el cordobés.

Por eso, Rafael no ha desaprovechado la oportunidad y se ha empleado a fondo en su trabajo, tanto que, “ahora me ofrecen aquí un buen contrato en un centro de excelencia y se solicitan proyectos con mis ideas, lo que a cualquier investigador le enorgullece”, señala, a la vez que lamenta “no tener esta oportunidad en mi país”.

Aunque Rafael no entra en detalles, el contrato al que se refiere es una Newton International Fellowships, el programa de postdoctorado más prestigioso del Reino Unido, del que cada año salen 50 plazas para investigadores de todo elmundo.

LA VIDA DEL INVESTIGADOR

En Edimburgo, Rafael se levanta a las siete para tener tiempo de desayunar con tranquilidad y leer la prensa digital española antes de ir al trabajo.

Un día cualquiera, la jornada laboral va de las nueve de la mañana hasta las cinco o seis de la tarde. “Me gusta llegar antes que el jefe e irme después de él, aunque sean cinco minutos -señala Rafael-; esto se lo escuché hace tiempo a alguien como recomendación en el trabajo y me parece buena idea”.

Según el investigador cordobés, en el laboratorio se trabaja muy concentrado y siempre hay algo que hacer. “Cuando no estás con los experimentos te dedicas a leer sobre la investigación, asistes a seminarios de otros investigadores o discutes resultados y planificas nuevos experimentos”, explica.

Rafael admite que al principio le costó adaptarse. “Está el idioma, y luego, alejarse de la familia, la novia y los amigos no le gusta a nadie”, señala.

A pesar de todo, viene con cierta frecuencia a Córdoba. Cada vez que tiene oportunidad, busca un vuelo barato. Porque Edimburgo es muy distinto a Córdoba, para bien o para mal. “No se parecen en nada, aquí vivo en un pisito bastante céntrico; en Córdoba vivo en una casa en el Realejo, un barrio con muchamás vida, luz y encanto”.

Pero eso no significa que no aprecie las ventajas que tiene vivir en Edimburgo. Una ciudad donde, si bien el invierno “es un poco más triste”, señala Rafael, “cuando llega la primavera, la ciudad cambia totalmente, todo está muy verde e incluso a la gente le cambia el humor. Recomiendo visitar la ciudad de marzo a septiembre”.

RECORRIENDO LA CIUDAD

Y ya que estamos, Rafael aconsejaría a quien visite por primera vez la capital escocesa, un paseo por el parque de Holyrood y subir a su cima, Arthur´s Seat. Luego, una vuelta por Princes, Rose y George Street, que son las calles más comerciales. “Los fines de semana son de las calles más concurridas de Europa”, asegura. Entre las visitas obligadas en Edimburgo, este cordobés también añade el castillo.

Y después de una buena excursión, ¿dónde almorzar? Rafael -que antes de seguir deja claro que como la comida española, y cordobesa, no hay otra- nos recomienda The Outsider. “Si tienes la suerte de sentarte en una de las ventanas que hay con vistas al castillo -explica- la comida es ya perfecta”. Otro de los lugares cuya visita nos recomienda Rafael es The Elephant House, la cafetería donde la autora de Harry Potter comenzó a escribir los libros mientras disfrutaba de las vistas del castillo.

REGRESO A ESPAÑA

Por ahora, Rafael no tiene una fecha para regresar, aunque sabe que su estancia en Edimburgo tendrá su fin. “Tengo que terminar el trabajo que estoy haciendo aquí, pero siempre estoy mirando de reojo a Córdoba -señala-. Soy muy cordobés, me gustaría desarrollar mi vida personal y profesional en Córdoba y colaborar a su desarrollo a través de la investigación”.