Una treintena de personas acudieron ayer a la llamada de Stop Desahucios para paralizar el segundo intento de desalojo de Samina y sus tres hijos. Una concentración que, finalmente, no tuvo que enfrentarse a la delegación judicial encargada de efectuar el lanzamiento gracias a la intervención de Vimcorsa. Según explicó su gerente, Rafael Ibáñez, que acudió también al lugar de la concentración para explicar el resultado de la negociación, el juez encargado del caso habría remitido a la Oficina de la Vivienda una solicitud para que buscaran una solución habitacional a esta familia.

Hace dos semanas, el intento de desahucio quedó frustrado tras conceder el banco dos semanas más de plazo, hasta ayer, sin embargo, Samina y los suyos aún no se habían ido. Ibáñez explicó que su mediación consistió en informar primero al banco de que esta familia tiene ya comprometida una ayuda pública al alquiler por un año y presentar un escrito al juzgado, con el consentimiento de la entidad bancaria, para solicitar el aplazamiento del desalojo. De esta forma, Samina tiene ahora un mes para dejar la vivienda vacía y encontrar un nuevo piso en Córdoba.

Samina, de origen paquistaní, es madre de un menor de 8 años, una joven de 28 años embarazada y un varón de 24 que sufre una discapacidad por la que percibe una ayuda de dependencia. Este es el único ingreso de la familia junto a lo que ella percibe por las horas que trabaja limpiando casas. La plataforma Stop Desahucios, que contó ayer en sus reivindicaciones con el apoyo presencial del concejal de Ganemos, Rafael Blázquez, y del exconcejal de Asuntos Sociales por IU, Rafael del Castillo, informó de que el piso en el que vive Samina nunca fue de su propiedad. Al parecer, otra familia fue desalojada de esta vivienda, situada en la calle Priego de Córdoba, y ella la ocupó junto con su marido y sus hijos, tras lo cual habría negociado un alquiler con el banco.

Según la misma fuente, el marido de Samina, que lleva residiendo en Córdoba «más de 18 años», era quien se encargaba de los pagos, pero llevaba más de un año sin abonar las cuotas, algo que «Samina desconocía». Este fue el motivo por el que la entidad inició el lanzamiento. Su marido se fue de casa hace unos meses dejando atrás la deuda. El portavoz de Stop Desahucios dijo desconocer la cuantía de la deuda, así como la cantidad negociada con el banco en concepto de alquiler social.