El segundo domingo de Cuaresma se cerró con distintos actos en torno a las cofradías cordobesas. Así, numerosas cofradías celebraron ayer las solemnes fiestas de regla ante sus titulares entronizados en los altares de cultos.

Durante todo el día los templos fueron un no parar para visitar a aquellas imágenes expuestas en besapiés. De este modo, en la parroquia de Santa Victoria (Barrio del Naranjo) estuvo el Cristo de la Agonía, en San Andrés Nuestro Padre Jesús del Buen Suceso, en el Cerro el Cristo del Amor, en San Lorenzo Jesús del Calvario, en San Jacinto el Cristo de la Clemencia y en Capuchinos Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia mientras que la pro-hermandad de la Quinta Angustia puso a su recién bendecido titular en besapiés extraordinario, al igual que lo hizo la agrupación parroquial de Puerta Nueva con el Cristo de la Salud en su Divina Misericordia.

Mención especial merece la hermandad de la Buena Muerte, que celebró su fiesta de regla en la Catedral. Para ello, el Cristo de la Buena Muerte fue trasladado hasta el primer templo de la diócesis, donde el obispo presidió la eucaristía. Tras la celebración religiosa se inició el traslado de vuelta hasta la iglesia de San Hipólito y, una vez allí, el Cristo quedó expuesto a la veneración de los fieles en besapiés.

Por otra parte, la hermandad de la Conversión bendijo la imagen de San Dimas, el Buen Ladrón, una obra de muy buena factura salida de las manos del imaginero cordobés Pedro García Velasco.