Una de las ideas recurrentes que circulan en determinados canales es que hay un nuevo boom de la vivienda que nos vuelve a acercar a momentos próximos en el tiempo y perfectamente olvidables. Sin embargo, los datos y las cifras que tienen que ver con el sector inmobiliaro y con sus mercados potenciales, y reales, demuestran que hablar de nuevo de burbuja inmobiliaria es un error, por desconocimiento o por estulticia. Según el INE, los precios de la vivienda crecieron un 6,7 por ciento el año pasado. Según el ministerio de Fomento, la compraventa aumentó un 9,3 por ciento.

Así, a bote pronto, estos dos números incluidos en una serie, pongamos los últimos 15 años, sirven para que, en 280 caracteres, voces supuestamente serias difundan que la economía española se dirige a otro colapso inmobiliario. Esta es otra de las caras de las noticias falsas, las célebres fakes, que siempre han estado ahí, pero que hoy tienen un inmenso, e instantáneo, recorrido gracias a la aceleración tecnológica. La conclusión es sencilla: hay que ser tremendamente rigurosos y más cuando se trata de algo tan importante. No es cuestión de ideología o percepción. Es de seriedad y de confianza.