La delegada de Educación, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta en Córdoba, Inmaculada Troncoso, ha informado de que más de 1.800 alumnos con problemas de salud son atendidos durante el curso escolar en aulas hospitalarias, unidades de salud mental infanto-juvenil y en sus propios domicilios.

Troncoso, que ha visitado este viernes junto la delegada de Salud y Familias de la Junta, María Jesús Botella, y la directora gerente del centro, Valle García, el aula hospitalaria del Hospital Universitario Reina Sofía, ha destacado las "excelentes prácticas profesionales" que se desarrollan en Córdoba cuando un alumno se convierte en paciente y el papel fundamental del profesorado para que esos escolares puedan continuar su aprendizaje.

El Sistema Sanitario Público de Andalucía presta su colaboración a la Consejería de Educación y Deporte para que los menores de edad hospitalizados de forma permanente o periódica, que se encuentren cursando la enseñanza obligatoria, puedan continuar con su formación escolar. Para ello, los hospitales disponen en la zona pediátrica de espacios destinados a aulas, que están dotadas con mobiliario y material necesario y adecuado para el desarrollo de las actividades educativas y lúdicas entre otras.

En Córdoba más de 1.800 alumnos con problemas de salud fueron atendidos el pasado curso en las tres aulas hospitalarias con las que cuenta la provincia y en sus propios domicilios. En concreto, en el pasado curso se han atendido en el Hospital Reina Sofía unos 1.274 alumnos, en el Hospital Comarcal Valle de Los Pedroches de Pozoblanco, unos 200, y en el Hospital Infanta Margarita de Cabra, unos 375.

Asimismo, estas aulas son atendidas por cinco docentes, que no solo enseñan sino que además, en estrecha coordinación con el personal del centro hospitalario, hacen la estancia en el hospital más agradable para los niños.

La delegada de Salud y Familias, María Jesús Botella, ha puesto en valor el trabajo que durante décadas vienen realizando estos profesionales, desde que iniciara su andadura en 1988, "lo que nos ha permitido garantizar que los niños y niñas puedan seguir adquiriendo conocimientos educativos con el fin de estimular su desarrollo intelectual, afectivo y social durante el periodo de hospitalización".

En el caso de que la convalecencia transcurra en el domicilio familiar también es necesario mantener el desarrollo del proceso educativo. Para ello, siete docentes se dedican a atender al alumnado en sus domicilios a través del programa de acompañamiento escolar domiciliario.

Se trata del alumnado que por indicación médica, no puede asistir a su centro docente por un período amplio de tiempo. Escolares que pasan por procesos médicos largos o que convalecen tras estancias en los hospitales son, generalmente, los destinatarios de esta atención. En esta modalidad unos 70 estudiantes son atendidos cada curso.

Durante su intervención, la delegada de Educación se ha referido, además, al alumnado con necesidades asociadas a procesos de enfermedad que pueden asistir regularmente a su centro docente. En este caso, ha asegurado que el sistema educativo público garantiza una adecuada atención que posibilita su desarrollo integral.