Con fecha de antes de ayer viernes, 19 de octubre, la cotización del bitcoin estaba en 5.534 euros. En las últimas semanas, la volatilidad de su cotización --las oscilaciones de valor-- se han movido en torno al 30 por ciento. Un tobogán bastante habitual.

El bitcoin es una de las más populares criptomonedas --o monedas virtuales-- que existen en el mundo. Según las cifras conocidas, más de 1.300 en circulación y explotaron en 2017 como una de las grandes apuestas (tendencias) inversoras del mercado.

Una moneda digital es una moneda que usa la criptografía para realizar y asegurar las transacciones con ella. Es decir, no tiene formato de moneda o billete --por eso es virtual-- y se puede tener en un disco duro o una memoria USB. Y al usar la criptografía está al margen de autoridades monetarias o económicas y en algunos casos, como el del bitcoin, su número está limitado.

Es fácil entender que las monedas virtuales pueden emplearse para burlar al fisco, por lo que el último Consejo de Ministros, celebrado el viernes, aprobó un anteproyecto de Ley para luchar contra el fraude que pone el foco en las criptomonedas. Hacienda, y no es la primera vez ya que la Agencia Tributaria lleva tiempo vigilando y enviando requerimientos a intermediarios y sociedades que aceptan pagos en criptomonedas, quiere que los tenedores les informen de todas las operaciones y saldos que tengan tanto en España como en el extranjero. La idea es disponer de trazabilidad sobre el movimiento de las criptomonedas para evitar los fraudes en lo posible.

Por ejemplo, como los pagos que se le hacen a Puigdemont, que suelen ser en bitcoins para evitar rastros.