Las enfermeras de familia y gestoras de casos de atención primaria realizan una relevante función de detección de los grupos más sensibles al calor, dentro del Plan de Prevención contra las Altas Temperaturas. La coordinadora del equipo de enfermeras gestoras de casos del Distrito Córdoba-Guadalquivir y enfermera del centro de salud del Sector Sur, Rafaela Muñoz, señala que cuando Salud activa las alertas amarilla, naranja o roja por calor Salud Responde efectúa un seguimiento continuo de las personas más vulnerables y también las enfermeras de familia y las gestoras de casos realizan a su vez llamadas y visitas domiciliarias a esos pacientes, en las que, además de llevar a cabo la asistencia sanitaria programada, se comprueba que el calor no está alterando su salud. «Ofrecemos charlas informativas, en distintos centros como el de mayores Osio Romano, en las que aconsejamos a estas personas de más riesgo que beban agua, aunque no tengan sed, que si tienen que salir a la calle en los días de más calor lo hagan a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, y no en las horas centrales del día, y que hagan comidas ligeras. Conocen las recomendaciones, pero siempre es bueno recalcar los riesgos del calor», resalta esta enfermera. Muñoz estima que la aplicación de la ley de dependencia ha contribuido a que muchas personas de más riesgo frente al calor, que antes a lo mejor vivían solas o recibían pocas visitas, ahora están más controladas porque cuentan con ayuda a domicilio o están bajo el cuidado de algún familiar o personal externo, que se preocupa de que las altas temperaturas no les afecten. También cada vez más hogares disponen de aire acondicionado, aunque en otros perviva el abanico.

Muñoz precisa que, solo en caso extremo de que se activara la alerta roja por elevadas temperturas, existe un protocolo de evacuación de los pacientes más frágiles a lugares mejores acondicionados, en colaboración con el 112 y Cruz Roja, una situación que no ha llegado a producirse por ahora.