La estrategia del PP de ganarse a Vox intentando cerrar con este partido de ultraderecha un pacto bilateral de «líneas generales» no surtió efecto. Los 12 diputados de Vox han puesto un precio alto a sus votos, claves para que el candidato Juanma Moreno (PP), también apoyado por Ciudadanos, sea el próximo presidente de la Junta de Andalucía. La reunión entre populares y los ultras que se celebró ayer por la tarde en Madrid acabó mal para los intereses de Moreno. Nada más empezar la cita, la formación de ultraderecha dio a conocer a la prensa, casi a la vez que a los dirigentes populares que tenía delante, un documento de 19 medidas para negociar y poder apoyar la investidura de Moreno. Entre otras demandas, los ultras reclaman la expulsión de los «52.000 inmigrantes ilegales» que la Administración andaluza tiene identificados, pero cuya documentación «no comparte con la Policía»; exigen una declaración institucional de la Junta en contra del modelo de autogobierno y a favor de «la apertura de un proceso nacional de devolución al Estado de las competencias de Educación, Sanidad, Justicia y Orden Público», y piden la derogación de la ley de violencia de género, la de memoria histórica y la de no discriminación del colectivo LGTBI. También piden una ley que proteja las tradiciones y el folclore, la caza y los toros, y recortes en Canal Sur.

Fuentes del PP tildaron el programa «inaceptable» y aseguraron que «varios de los puntos son un auténtico despropósito» que la formación conservadora «no puede respaldar». «Con este documento Vox demuestra que no quiere un acuerdo», informó un portavoz de Génova mientras la reunión seguía celebrándose. «Si Vox no cambia su posición, estará desperdiciando una oportunidad histórica para que haya un cambio en Andalucía después de casi 40 años de socialismo», afirmó después de quejarse de que «a Vox parece importarle más Vox que los andaluces».

A la cita madrileña acudieron tres representantes de PP y otros tres de Vox. Por parte de los primeros, participaron el secretario general, Teodoro García Egea, y los vicesecretarios de Organización, Javier Maroto, y de Comunicación, Marta González. Por parte de los segundos, negociaron el número dos de la formación ultra, Javier García Smith; Rafael Bardají, miembro del comité ejecutivo nacional, y José Francisco Contreras, de la dirección andaluza. Ciudadanos, el tercer miembro del tridente de derechas, se autodescartó para el encuentro ya que rechaza cualquier acercamiento a Vox por miedo a que se resquebraje su imagen de partido liberal y de centro. Los de Albert Rivera no ven «serio» el documento de la formación de Santiago Abascal, aunque en su primer análisis evitó comentar las medidas más controvertidas. Solo hizo referencia a la de inmigración, que considera que debe seguir siendo una «competencia nacional», y a la del cambio de festivos: que el Día de la Comunidad ya no sea el 28 de febrero sino el 2 de enero, que es cuando se conmemora el final de la Reconquista.

Los naranjas han elaborado junto al PP un documento con 90 iniciativas para llevar a cabo en ese posible Gobierno de derechas en el que Vox rechazó entrar desde el inicio. La negativa de los populistas a participar en el Ejecutivo facilitó la comunicación entre populares y naranjas, aunque las exigencias exhibidas por escrito ahora, a pocas horas de que la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs), inicie las consultas para proponer un candidato para el Ejecutivo autonómico, ponen en riesgo los planes de Pablo Casado y Rivera.

El presidente del PP necesita que Moreno sea el próximo presidente de la Junta para empezar con el mejor pie posible el ciclo electoral de este año, en el que se celebrarán elecciones europeas, municipales y algunas autonómicas. Para lograrlo no ha dudado que su partido no solo negociara con Vox de manera bilateral tras la negativa de Ciudadanos, sino también ha asumido algunos postulados de Abascal para cortejarle, como en el caso de la violencia machista. Pero estos gestos del PP no han bastado a Vox.

La presidenta del Parlamento se reunirá mañana con los portavoces de cada partido para sondear el candidato a la presidencia con más apoyos. El reglamento de la Cámara establece que tiene de plazo hasta el 16 (15 días después de constituido el Parlamento). Dado que no pueden presentarse dos candidatos, si Vox no se muestra favorable a Moreno, podría darse el caso de que Bosquet tuviera que correr turno hacia el bloque de la izquierda y anunciar como candidata a Díaz u otra persona de consenso.