Compañeros, policías, vecinos y familia despedían en la tarde de ayer en la Iglesia del Carmen de Antequera (Málaga) al bombero José Gil, fallecido el sábado al ser arrastrado por la riada cuando intentaba salir del vehículo en el que viajaba en la carretera de Campillos a Teba. El féretro de Gil, de 47 años y miembro veterano del Consorcio Provincial de Bomberos, llegó a la iglesia alrededor de las 16:00 horas, donde lo esperaba un amplio grupo de compañeros de profesión, altos mandos del Cuerpo Nacional de Policía y centenares de vecinos que se acercaron hasta el lugar para arropar a la familia. Fueron los propios bomberos del Consorcio quienes, entre lágrimas, portaron a hombros el ataúd, que a su salida y cubierto por la bandera del Cuerpo, provocaba una emotiva ovación entre los asistentes, visiblemente afectados por la muerte de José Gil en acto de servicio.

Al funeral, que tuvo lugar en la más estricta intimidad por deseo de la familia, también asistieron numerosos dirigentes políticos, entre ellos, la presidenta andaluza, Susana Díaz; el líder del PP-A, Juanma Moreno, y el presidente de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín.