Son 260 kilómetros los que separan y separaban en febrero de 1937 a Málaga y Almería por la costa y es el pasado y el presente de ese recorrido lo que narra en 42 minutos el documental La huella de La desbandá, que se estrenó anoche en la Filmoteca de Andalucía de Córdoba con la intención de plasmar en imágenes «lo que actualmente se está haciendo en memoria de lo que ocurrió en la carretera de la muerte», afirma su directora, Belén Naranjo.

La iniciativa de realizar una marcha para recordar la tragedia de las miles de víctimas andaluzas, también hubo cordobesas, que fueron asesinadas en su huida de Málaga a Almería para escapar de las tropas franquistas en febrero de 1937 nació en el 80 aniversario del suceso y este año se ha realizado el tercer recorrido, que es precisamente el hilo narrativo y cinematográfico del documental de La huella de La desbandá.

«Principalmente, el documental aborda la marcha actual. Narra cronológicamente la partida desde Málaga hasta Almería el pasado 7 de febrero y acabamos el 16 por la carretera de la muerte, entre la montaña y la costa. Desde la salida a la llegada a Almería. Los actos que hay en cada pueblo, muchos municipios se vuelcan, dan alojamiento a los participantes y hacen actos. Queríamos que se viera la fuerza que hay en la lucha de esta marcha», explica Belén Naranjo.

La huella de La desbandá comienza con una introducción de un texto que sitúa al espectador sobre lo que ocurrió durante la Guerra Civil en ese trayecto; luego, hay fotografías de aquellos momentos y dibujos que recrean el pasado para centrarse en la realidad, anécdotas y testimonios del presente en la tercera marcha de este año. Las fotografías pertenecen al grupo de senderismo La desbandá, que junto a la empresa de ambas creadoras Etérea Visual han producido el relato cinematográfico, y del historiador Jesús Majada. «Son fotografías de la población de cuando huía y se ve cómo van andando con lo poquito que tenían. Son imágenes muy duras», comenta la directora. El pasado de «la carretera de la muerte» también se cuenta a través de dibujos, de una animación, realizada por la ilustradora Ariadna Pérez.

El documental, grabado en digital en resolución 1080, también recoge los testimonios de dos víctimas de aquel episodio, Carmen y Antonio, que eran muy pequeños cuando hicieron ese lúgubre y, para muchos, mortal viaje, y que ahora a sus más de 90 años verbalizan aquella experiencia.

La reacción más común de las personas al conocer el relato de aquella masacre, no hay datos exactos pero se calcula que murieron entre tres mil y cinco mil personas, es de «sorpresa» -explica la directora-, pero también genera «que empiecen a salir recuerdos sobre aquellos hechos, de haberlos oído contar a sus abuelos, y eso crea más información y evita que el testimonio oral se pierda».

Su deseo para este estreno es que los espectadores salieran de la Filmoteca con ganas de saber más respecto a la memoria histórica y a la lucha por recuperarla. «Me gustaría que salieran con la inquietud de buscar más información y que hablen de ello para que se dé a conocer. Me gustaría que salieran con ilusión y esperanza».