La Divina Pastora recibió ayer a sus fieles en el atrio de la iglesia de Capuchinos en un acto de veneración que se prolongó durante toda la jornada.

Así, desde primeras horas de la mañana, la imagen estuvo expuesta a la veneración de los fieles en un día en el que tendría que haber recorrido en procesión las calles de la ciudad.

La Divina Pastora de las Almas lució entre una cuidada escenografía dispuesta en el atrio del popular templo cordobés. Un gran almendro en flor servía de cobijo a la dulce imagen. Flores guirnaldas, pancartas o banderolas sirvieron para homenajear a la venerada imagen.

A las doce de la mañana, bajo una impertinente lluvia dio comienzo el rezo del ángelus, contando con el acompañamiento del coro de la hermandad de la Estrella. Por la tarde, se rezó el rosario con el acompañamiento musical del coro de la Virgen del Socorro. Como colofón la banda de la Esperanza interpretó un concierto de marchas en honor de la Divina Pastora, el cual estuvo conducido por el cofrade Andrés Romero.