Con un gran ambiente se han vivido en Montoro, Pedro Abad, Maruanas y El Carpio las romería de sus respectivos patronos y copatronos. En el caso de Montoro tuvo lugar el último domingo de abril, con la romería de su copatrona, Nuestra Señora de la Fuensanta, conocida popularmente como Las Veleras. Los feligreses se concentraron a las puertas de la ermita para recibir a primera hora el simpecado, llegado desde la parroquia de San Bartolomé. Posteriormente -seguido por decenas de romeros-, en la ermita, los romeros asistieron a una misa multitudinaria que dio paso a la procesión de la imagen, precedida por otra de San José. El sonido del tambor y los cohetes anunciaban la alegría de ver un año más a la Virgen que es capaz de unir los corazones de dos pueblos: Montoro y Villa del Río. Luego concluyó la jornada con el típico día de perol entre la arboleda y la buena armonía de estos dos municipios vecinos.

En Pedro Abad tuvo lugar el 1 de mayo la romería de Santiago el Menor, en una jornada que se despertó poco apacible, hasta el punto de que muchos romeros tuvieron que desplazarse a locales y cocheras para celebrar el típico perol. El traslado del patrón se hizo con total normalidad, hasta que ascendió el cerro, donde cayó un aguacero, por lo que los portadores tuvieron que acelerar el paso hasta llegar a la ermita, donde se celebró la tradicional misa en el campo. Ese día también tuvo lugar en Cañete de las Torres el cambio de banderín de los hermanos de San Isidro.

En Maruanas se celebró la romería de San José Obrero, que dio paso a los días grandes de la romería del Ecce Homo, en El Carpio, donde los vecinos vivieron unos días de hermandad y esplendor en torno a esta imagen tan venerada.

Mereció la pena ver su llegada al pueblo, desde la ermita de San Pedro, con la tradicional ofrenda floral en la glorieta que lleva su nombre. Pero el día grande fue el 3 de mayo, con el traslado del patrón desde la parroquia hasta la ermita de San Pedro, donde tuvo lugar la concurrida misa en la que no cabía un alfiler y luego se dio paso a los tradicionales peroles en su entorno. La fiesta continuó hasta bien entrada la noche, con el reencuentro de los vecinos de esta localidad y otro llegados de la comarca.