Tras las dos primeras licitaciones del mecanismo de almacenamiento privado del aceite puesto en marcha por la UE a finales de noviembre, los datos confirman el nulo efecto que este almacenamiento está teniendo en el pretendido incremento de los precios del aceite, dando sentido a las quejas de todo el sector olivarero, sobre todo debido a la escasa cantidad que de momento se ha autorizado almacenar y el bajo precio fijado. En virtud de este mecanismo, se permite a almazaras y envasadoras retirar del mercado aceite a granel durante un mínimo de seis meses con el fin de disminuir la oferta de producto, y con ello incentivar un aumento de precios.

En concreto, en la primera licitación que se cerró el 26 de noviembre pasado la UE sólo autorizó unas 3.650 toneladas de las 120.000 que el sector español solicitó almacenar -la mayor parte de ellas de Andalucía-, es decir, el 3%; cifra que subió al 18% en el segundo periodo cerrado el 17 de diciembre, con otras 17.600 toneladas de las 97.000 que se pidieron. En esta segunda licitación, a razón de 1 euro de ayuda para el oliva virgen y 1,1 euro para el lampante por tonelada y día, frente a los 0,83 euros de la anterior. Ya hace diez años, cuando se activó el almacenamiento privado, el precio fijado por Bruselas fue de 1,3 euros por tonelada y día.

«Insuficiente» para el sector

Estas cantidades y precios aprobados han sido calificadas como «insuficientes» tanto por el Ministerio de Agricultura como por el propio sector, que tras reclamar la activación de este mecanismo ha hablado en las últimas fechas de «indignación», «humillación», y «precio burla». El propio ministro en funciones de Agricultura, Luis Planas, mostraba su «decepción», mientras que el presidente de Cooperativas Agroalimentarias en Córdoba, Sánchez de Puerte, habla de «tomadura de pelo» (tanto por parte de la UE como por parte del Ministerio).

No en vano, y aunque el sector acogió con esperanzas el anuncio de la activación de este mecanismo, los dos primeros periodos de licitación no han servido para mejorar mínimamente los precios, que siguen oscilando para las tres categorías de aceite de oliva objeto de este almacenamiento (virgen extra, virgen y lampante de base dos grados) en una horquilla todavía alejada del umbral mínimo de rentabilidad que baraja el sector, según se refleja en el gráfico adjunto.

En concreto, los precios durante las últimas ocho semanas apenas han registrado variaciones, como demuestran, entre otros, los datos de la Lonja de Andalucía que ofrecen cotizaciones cerradas al viernes de cada semana. De esta manera, si la semana cerrada a 22 de noviembre, justo en el inicio del primer periodo de licitación, el kilo de aceite de oliva virgen extra se situaba a 2,17 euros, siete semanas después el precio se coloca en 2,28 euros, un mínimo e insuficiente ascenso para el sector, sin llegar si quiera a los 2,31 euros de mediados de diciembre, en pleno segundo periodo abierto de solicitudes. Y si de virgen y lampante hablamos, los precios han bajado en este periodo de los 1,90 euros a los 1,81 euros el kilo de oliva virgen, y de los 1,84 euros a los 1,68 euros el lampante.

Conviene recordar que hace apenas un año, en diciembre del 2018, y según los datos de este misma Lonja, el aceite de oliva virgen extra cotizaba a 3,07 euros el kilo, y a 2,59 y 2,35 euros el virgen y el lampante de base 2 grados. Es decir, que los precios actuales representan un descenso de entre el 25% y el 30% -según categorías de aceite de oliva- de los que se registraban hace doce meses. Y, lo que es más grave para los agricultores, por debajo de esa barrera psicológica de 3 euros que se suele indicar como límite para que la producción sea sostenible, y por debajo del denominado umbral de rentabilidad, que organizaciones agrarias como UPA Córdoba sitúan en los 2,75 euros que supone el coste de producir un kilo de aceite.

Con todo, está por ver qué ocurrirá en los dos periodos de licitación que restan, el primero de los cuales se activará la próxima semana, del día 22 al 27, y el siguiente entre el 20 y 25 de febrero. Y, por encima del almacenamiento privado, la propia evolución del mercado mundial del aceite en estas primeras semanas del año y la problemática de los aranceles de EEUU, entre otros frentes.