Contentar a todos es imposible. A la vista están los distintos intereses que hay detrás de este plan y lo difícil que es aunarlos, incluso dentro del Ayuntamiento. A priori, no cumple las expectativas del sector empresarial y del barrio del Alcázar Viejo. Sin embargo, todos subrayan sus valores positivos. Una zona fundamental cambiará ganando más espacio verde para el disfrute de todos, acabando con la aberración que se cometió en la Ribera y recuperando elementos perdidos de nuestro patrimonio. Ahora toca limar asperezas y hacer realidad un ambicioso y costoso plan que llega en el momento más inoporturo.