La duración media de un proceso de divorcio es de 4,7 meses en España. En la vida real, en juzgados de Familia como el de Córdoba, por muy bien que se trabaje, una sentencia de divorcio puede tardar año y medio en ver la luz, por el colapso de asuntos que soporta este órgano judicial, que tiene que resolver otros temas en auge como las incapacidades. Eso sin contar con la eternidad que pasa en algunos juzgados, sobre todo de pueblos, hasta que es aceptada la demanda de una pareja que quiere romper. Con este panorama, separarse puede convertirse en una pesadilla.