Dos matrimonios, el formado por Manuel y Elisa, de Palma del Río, y el integrado por Francisco y Lucía, de Belalcázar, se aventuraron un día a viajar hasta el lejano Oriente para volver con dos preciosas niñas chinas bajo sus brazos, la primera de ocho meses y la segunda de nueve. Con ellos viajaron otras nueve parejas y cuatro mujeres con la misma misión. Después de ver que pasaban los años y no llegaban los niños de modo natural, ambas parejas tomaron una decisión que ha cambiado radicalmente sus vidas. En el lejano oriente habían nacido sólo hacía unos meses dos bellas luces, Cora Tian y Su Hui, y lo volvieron a hacer el año pasado en sus localidades de adopción, Palma. Un final feliz a más de dos años de burocracia administrativa. Estas dos pequeñas son motivo de cariño para sus padres, pero también en estos pueblos de Córdoba las han acogido muy bien. Ambas parejas se trajeron a sus respectivas hijas de Pekín el pasado mes de diciembre. En el caso concreto de Manuel y Elisa, la Junta les aconsejó que China es el país más rápido y fiable porque no exige que los padres tengan que cumplir un periodo de adaptación como ocurre en los países del Este y "egoístamente queríamos que fuera una niña y además bebé y en esta nación los orfanatos están masificados de niñas de pocos meses". "Nos habían dicho que en los países del Este pasabas una semana con el niño, pero que luego lo tenías que dejar allí y en nuestro caso en el viaje la niña volvía con nosotros", añade.

LA HISTORIA

Manuel y Elisa realizaron la tramitación con la Asociación para el Cuidado de la Infancia (ACI). Elisa resalta de la asociación que "te representa legalmente y tramita la documentación con el centro de adopción del país extranjero". "Con China entendíamos que no había lugar a engaño, como les estaba ocurriendo a parejas que viajaban a Sudamérica, porque en esos países se trabaja poco con organismos oficiales", precisa Elisa. La facilidades de China no se dan por ejemplo en la India, a pesar de su elevada población. Al matrimonio de Belalcázar le dijeron que para adoptar a una niña india ambos tenían que ser estériles, requisito que no cumplían, puesto que a pesar de que ella no se ha podido quedar embarazada, los médicos no podían descartar que este hecho se produjese alguna vez.

La niña de Manuel y Elisa, Cora Tian, tiene ahora un año y dos meses. Para Elisa, es importante que junto a la niña, las autoridades chinas, te entregan un informe de la pequeña, con un certificado médico, sus hábitos alimenticios y de relación social, así como un registro notarial con los apellidos de la familia adoptante. "La asociación ACI nos preparó también el viaje y desde el primer día tuvimos a la niña con nosotros", recuerda con cariño Elisa.