Balbino Povedano ha reunido "los méritos suficientes para ser acreedor de la Medalla de Andalucía". Estas palabras, que constan en el decreto firmado por Manuel Chaves el 18 de febrero, y su concreción ayer en la ceremonia de entrega han colmado de felicidad al doctor prieguense. Tras estampar su firma en el Libro de Honor y poco antes de acudir al Palacio de San Telmo, tuvo unos minutos para Diario CORDOBA.

Además del reconocimiento de su Priego natal y de Córdoba, ya tiene el calor de toda Andalucía. ¿Ahora qué, le falta algo por lograr?

-- No, yo pienso que no. En este momento estoy feliz. Uno puede pretender una felicidad de esas utópicas, pero casi la estoy tocando. Estoy en un espacio geográfico en el que me siento a gusto y en un momento histórico donde me siento feliz.

Estar al lado de los colectivos desfavorecidos le ha valido esta medalla. Desde su experiencia, ¿cuáles son los que necesitan ayuda ahora en Córdoba?

-- Es verdad que en esta sociedad opulenta tenemos menos marginados, pero los marginados lo son más si cabe que en otras sociedades. En Córdoba hay drogadicción y es un colectivo importante. Y hay inmigrantes, y nosotros no somos conscientes de que hemos sido emigrantes. Córdoba tiene una tradición y debe presumir de la interculturalidad y de sentirse un pueblo universal.

¿Qué cree que le ha ayudado más en la vida: tener la cabeza bien amueblada o una gran capacidad de trabajo y superación?

-- Yo no puedo presumir de cabeza bien amueblada, pero si la tuviese, supongo que me vería obligado a trabajar bien.

Pero, entonces, ¿a qué cree que se ha debido?

-- No lo sé. Hay una cosa difícil: si existe el azar, si no existe. He tenido mucha suerte en la vida, en el pueblo en que nací, en el momento, en mi familia, en la sociedad donde he empezado a trabajar. El trabajo para mí en Córdoba no ha significado lo que normalmente se entiende por trabajo, sino que ha significado una forma de realizarme. A mí no me deben nada por el trabajo, soy yo el que debo por haberme dado la oportunidad de trabajar.

¿Está en el lugar que se propuso cuando partía a Madrid para estudiar Medicina?

-- Uh... (sonríe). No lo recuerdo, hace ya tantos años que... Estoy contento, estoy bien, qué es lo que yo pretendí ser es muy difícil.

Este Día de Andalucía quedará grabado en su memoria ¿por qué cosas?

-- Hombre, por qué va a quedar, ¿no? Primero yo diría que por Andalucía misma, y, luego, sentirme gratificado por una gratuidad para mí tiene un significado especial.

Su familia ha venido a arroparlo, lógicamente.

-- Bueno, han venido a disfrutar. Es exactamente igual que a mí me gustaría que toda Córdoba y Andalucía disfrutase porque esta medalla no es mía, sino que es del pueblo. Creo que está bien que hayan venido.