La OTAN asumirá la próxima semana el mando de las operaciones militares sobre Libia, después de que los aliados hayan logrado un consenso en este sentido. Oficialmente, la Alianza Atlántica no ha confirmado el pacto, aunque admite que se ha avanzado mucho y solo falta plasmar los detalles en un acuerdo definitivo.

La dirección política de la intervención será fijada por los países que participan en la coalición, cuya primera reunión se celebrará en Londres el próximo martes. La OTAN aportará un respaldo técnico a la intervención mediante sus estructuras militares de planificación, control y coordinación. La participación en las operaciones militares será voluntaria. El acuerdo no está totalmente cerrado y anoche continuaban las consultas entre las capitales sobre algunos detalles importanes del mismo, según fuentes diplomáticas.

Una de las cuestiones clave que falta acabar de definir son las denominadas reglas de combate para autorizar los bombardeos contra Libia y la pretensión de Turquía de disponer de la capacidad de poder vetar determinados ataques, como contrapartida por permitir el uso de las estructuras de la OTAN.

El portavoz de la Casa Blanca Jay Carney ha admitido que actualmente la alianza internacional bajo el mandato de la ONU controla la ofensiva militar, pero que el mando de la operación se transferirá a la OTAN "en días, no semanas". El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, ha reconocido que ya se ha alcanzado un acuerdo en este sentido entre EEUU, Francia y Reino Unido, para que la OTAN tome el mando "en un día o dos".

Peso de Turquía

EEUU defiende entregar el mando de la operación aérea a la OTAN en el plazo de unos días, pero Turquía ha insistido en acelerar el cambio de mando, y que las fuerzas de la OTAN se abstengan de realizar operaciones ofensivas que puedan causar daños a civiles

En los últimos días, diversas rondas de conversaciones con la Administración estadounidense han suavizado la postura de Turquía, que finalmente ha decidido enviar un tercio de su flota (4 fragatas, 1 buque de apoyo y 1 submarino) a aguas libias para cooperar en el bloqueo armamentístico al régimen de Gadafi y en tareas de ayuda humanitaria.

Además, ha puesto a disposición de la Alianza seis cazas F-16, aunque ha dejado claro que no participarán en los bombardeos, sino que se limitarán a vigilar el cumplimiento de la zona de exclusión aérea sobre Libia, decretada por la ONU en la resolución 1973.

Finalmente, Turquía ha sido invitada a la reunión que se celebrará el próximo martes en Londres, donde el Gobierno de Erdogan presionará para que también participe en la operación la Liga Árabe, pese a no pertenecer a la OTAN.