La huelga de transportes convocada por diversos sindicatos franceses está siendo seguida hoy de manera amplia, según los datos facilitados por las propias compañías, que ya habían anticipado una fuerte repercusión en el servicio. Las centrales han convocado este paro en protesta por la intención del Gobierno de reformar el modelo de acceso a la jubilación de varias categorías laborales, como los empleados de empresas de transporte, de la energía y los secretarios de notarías.

El paro comenzó a las 20.00 hora local de ayer (18.00 GMT) y se prolongará hasta las 8.00 hora local (6.00 GMT) de mañana. A primeras hora de esta mañana, en el momento más complicado por el acceso al trabajo de millones de franceses, la huelga afectaba, cuando no paralizaba, los transportes públicos en las veintisiete localidades en las que estaba convocada.

La compañía pública de ferrocarriles, la SNCF, esperaba cumplir las previsiones, que como mucho suponen prestar 46 de los 700 servicios del tren de alta velocidad y apenas unos cuantos para unir París con Londres, Bruselas, Amsterdam y Colonia. Las líneas regionales de trenes también están muy afectadas por la convocatoria sindical.

La situación es más complicada en París, donde, con excepción de una línea de metro automática, el resto funciona de manera reducida, con un tercio del servicio en el mejor de los casos. En la capital francesa sólo funcionan uno de cada diez autobuses, mientras que el tráfico de automóviles en la región es el doble que en un día normal, según la Policía, que ha informado de numerosos atascos. Además, numerosos ciudadanos han recurrido a la bicicleta como medio alternativo dentro de la ciudad.

En Lyon el servicio de metro está cerca de los parámetros normales, pero hay problemas en el de autobuses, al igual que en Toulouse.

El Gobierno, que ya ha admitido que la huelga provocará una fuerte alteración del servicio, mantiene no obstante su voluntad de modificar el régimen especial de cotización de algunas profesiones, que para obtener una pensión deberán pasar de cotizar 37,5 años a 40.

La medida afecta a 1,6 millones de personas (1,1 millones de jubilados y 500.000 trabajadores en activo) en la compañía de ferrocarriles SNCF, la red de transporte urbano de París RATP, las empresas de energía Electricité de France y Gaz de France y los secretarios de notarías. Quedan fuera de esa reforma los mineros y marineros, que también forman parte de esos regímenes especiales.

Los ocho sindicatos de la SNCF, los seis de la RATP y los siete en las empresas de energía han llamado al paro, así como a asistir durante la jornada a alguna de las sesenta manifestaciones convocadas en todo el país.