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A.J.González
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Los Sotos de la Albolafia, declarado monumento natural en 2001, requieren una intervención concienzuda, casi quirúrgica, que elimine parte de la vegetación que impide en la actualidad disfrutar de la visión de sus molinos desde las dos orillas y al agua, discurrir libre por los antiguos canales, ahora colmatados de sedimentos. Después de cerca de una década sin hacerlo, la Junta de Andalucía actuará en esta joya natural para mejorar los hábitats de las 120 especies de aves que viven en los Sotos y que por culpa de la proliferación de árboles, algunos de ellos especies invasoras como el eucalipto, han perdido espacios de praderas húmedas y pedregales.
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Los Sotos de la Albolafia, declarado monumento natural en 2001, requieren una intervención concienzuda, casi quirúrgica, que elimine parte de la vegetación que impide en la actualidad disfrutar de la visión de sus molinos desde las dos orillas y al agua, discurrir libre por los antiguos canales, ahora colmatados de sedimentos. Después de cerca de una década sin hacerlo, la Junta de Andalucía actuará en esta joya natural para mejorar los hábitats de las 120 especies de aves que viven en los Sotos y que por culpa de la proliferación de árboles, algunos de ellos especies invasoras como el eucalipto, han perdido espacios de praderas húmedas y pedregales.
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Los Sotos de la Albolafia, declarado monumento natural en 2001, requieren una intervención concienzuda, casi quirúrgica, que elimine parte de la vegetación que impide en la actualidad disfrutar de la visión de sus molinos desde las dos orillas y al agua, discurrir libre por los antiguos canales, ahora colmatados de sedimentos. Después de cerca de una década sin hacerlo, la Junta de Andalucía actuará en esta joya natural para mejorar los hábitats de las 120 especies de aves que viven en los Sotos y que por culpa de la proliferación de árboles, algunos de ellos especies invasoras como el eucalipto, han perdido espacios de praderas húmedas y pedregales.
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Los Sotos de la Albolafia, declarado monumento natural en 2001, requieren una intervención concienzuda, casi quirúrgica, que elimine parte de la vegetación que impide en la actualidad disfrutar de la visión de sus molinos desde las dos orillas y al agua, discurrir libre por los antiguos canales, ahora colmatados de sedimentos. Después de cerca de una década sin hacerlo, la Junta de Andalucía actuará en esta joya natural para mejorar los hábitats de las 120 especies de aves que viven en los Sotos y que por culpa de la proliferación de árboles, algunos de ellos especies invasoras como el eucalipto, han perdido espacios de praderas húmedas y pedregales.
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Los Sotos de la Albolafia, declarado monumento natural en 2001, requieren una intervención concienzuda, casi quirúrgica, que elimine parte de la vegetación que impide en la actualidad disfrutar de la visión de sus molinos desde las dos orillas y al agua, discurrir libre por los antiguos canales, ahora colmatados de sedimentos. Después de cerca de una década sin hacerlo, la Junta de Andalucía actuará en esta joya natural para mejorar los hábitats de las 120 especies de aves que viven en los Sotos y que por culpa de la proliferación de árboles, algunos de ellos especies invasoras como el eucalipto, han perdido espacios de praderas húmedas y pedregales.
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Los Sotos de la Albolafia, declarado monumento natural en 2001, requieren una intervención concienzuda, casi quirúrgica, que elimine parte de la vegetación que impide en la actualidad disfrutar de la visión de sus molinos desde las dos orillas y al agua, discurrir libre por los antiguos canales, ahora colmatados de sedimentos. Después de cerca de una década sin hacerlo, la Junta de Andalucía actuará en esta joya natural para mejorar los hábitats de las 120 especies de aves que viven en los Sotos y que por culpa de la proliferación de árboles, algunos de ellos especies invasoras como el eucalipto, han perdido espacios de praderas húmedas y pedregales.
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Los Sotos de la Albolafia, declarado monumento natural en 2001, requieren una intervención concienzuda, casi quirúrgica, que elimine parte de la vegetación que impide en la actualidad disfrutar de la visión de sus molinos desde las dos orillas y al agua, discurrir libre por los antiguos canales, ahora colmatados de sedimentos. Después de cerca de una década sin hacerlo, la Junta de Andalucía actuará en esta joya natural para mejorar los hábitats de las 120 especies de aves que viven en los Sotos y que por culpa de la proliferación de árboles, algunos de ellos especies invasoras como el eucalipto, han perdido espacios de praderas húmedas y pedregales.
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