Ni reptando me he salvado de un fin de semana de colas por todo y para todo. En el Corte Inglés, para disfrutar de sus nuevas instalaciones. En los patios, para contemplar la primavera en flor. En la Catedral, para la coronación de la Virgen del Carmen. Y ayer, como remate, en la caracolada, a pesar de que sudé la gota gorda por un vasito. Es lo que tiene lo gratuito, que atrae mucho.