El PP activó ayer en el Congreso su anunciada reforma electoral para primar a la lista más votada en las elecciones locales. Los populares han solicitado la creación de una subcomisión parlamentaria para que estudie su propuesta, que pasaría por celebrar una segunda vuelta en determinados supuestos. Toda la oposición rechaza esta iniciativa.

La propuesta del PP consiste en una reforma del artículo 180 de la ley orgánica de régimen electoral general. En aquellos casos en los que la candidatura ganadora en un municipio obtuviese más de un 35% de apoyos y cinco puntos de diferencia sobre el segundo, o bien más de un 30% de apoyos y diez puntos de distancia respecto a su inmediato competidor, obtendría automáticamente la mitad más uno de los puestos en el ayuntamiento. Si no se dieran estas condiciones, se celebraría una segunda vuelta a la que se podrían presentar todas las fuerzas que hubiesen obtenido más de un 15% de apoyos. La prima de mayoría se aplicaría esta vez a la lista que consiguiera un 40% de los votos o bien siete puntos de diferencia sobre la segunda.

El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, relacionó su iniciativa con lo ocurrido tras las elecciones del pasado 24 de mayo, que desalojaron al PP, pese a ser la lista más votada, de multitud de ciudades gracias a los pactos en la izquierda. "Se han producido en muchos casos acuerdos ajenos a la voluntad expresada por los propios vecinos. Hay alcaldes que han sido elegidos mediante pactos forjados en los despachos. Quien está gobernando no es quien ha ganado, sino quien ha perdido", señaló.

Los socialistas llevaron una propuesta similar hace más de 10 años y la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, propuso a finales de abril un sistema parecido, pero aplicado también a los presidentes autonómicos. El PSOE, sin embargo, dijo que un debate de esta envergadura no se puede abordar a "tres meses de las generales", por lo que propone aparcar la reforma.