A diferencia de otros muchos dirigentes, y más aún en tiempos de escasez de liderazgos fuertes, Chacón no deja a nadie indiferente, ni en el PSC ni en el PSOE. En ambos casos son muchos los que abominan de ella aunque en el PSOE son también muchos los que la consideran el revulsivo que necesita el partido. Y eso que este segundo colectivo ha disminuido desde que la exministra de Defensa, hace un año, a punto estuvo de ganar a Alfredo Pérez Rubalcaba la carrera por la secretaría general.

Esa pérdida de apoyos no obedece a alguna salida de tono de Chacón, que desde su derrota, más allá de algún mensaje crítico con Rubalcaba, había permanecido en segundo plano. El motivo, aunque parezca una paradoja, es el mismo que le distancia del PSC: la deriva soberanista en Cataluña.

Tras la discreción de estos meses, rota solo por esporádicos tuits , el foco ha vuelto a situarse en ella y, lejos de amedrentarse, ha decidido copar titulares con referencias como la que hizo ayer en Antena 3 TV a propósito del futuro de la monarquía: "La Corona no está ofreciendo un espectáculo edificante y, a partir de ahora, o será transparente o será muy difícil que siga siendo". Otra manera de no dejar indiferente.

En tierra de nadie

Cuando se postuló para liderar el PSOE, la exministra armó un buen equipo y, apadrinada por el PSC, se granjeó el apoyo de federaciones tan importantes como la andaluza y la manchega. Ahora mismo, algo así sería mucho más difícil. "Tal como están las relaciones entre ambos partidos, y sus muchas diferencias, es casi imposible que alguien del PSC pueda dirigir el PSOE", señala un dirigente próximo al presidente andaluz, José Antonio Griñán.

La interpretación unánime en las filas socialistas, negada por la propia Chacón, es que no apoyó la consulta el pasado martes en el Congreso para tratar de mantener vivas sus aspiraciones de convertirse en la próxima candidata a las generales.

Sin embargo, al no votar ni a favor ni en contra sobre el derecho a decidir, sino situarse en una especie de zona fantasma, la catalana ha logrado causar malestar tanto en el PSOE como en el PSC, y al mismo tiempo suscitar dudas sobre su capacidad para llevar la batuta de un partido. "Alguien que aspira a ser líder no puede ponerse de perfil en un asunto como este. Tiene que tomar posición. Todos en el PSOE pensábamos que iba a votar en contra de la consulta, y algunos se lo aconsejamos, pero al final optó por esa tierra de nadie", explicaba ayer un dirigente que la apoyó en el pasado congreso socialista.

Sin convocatorias públicas y casi a escondidas, Chacón lleva semanas paseándose por agrupaciones del PSC. En el partido lo atribuyen a su necesidad de "estar activa" y no le dan más trascendencia pese a que en sus discursos a puerta cerrada ha criticado tanto la estrategia de Pérez Rubalcaba como la de sus compañeros catalanes.

En la cúpula del PSC surgida del último congreso, desde el primer día repiten que "lo que quiera hacer ella en el PSOE" no les condicionará. Lo decían pero costaba de creer, al menos hasta el martes.