El secretario general del PSOE-A y presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se mostró convencido ayer domingo, al enfilar la recta final de la campaña, de que su partido está recuperando el terreno y la confianza de los indecisos. Durante un acto público en Almería insistió en hacer ver que, frente a una derecha que está instalada en la crisis y que en "cada parado cuentan un voto", los socialistas ven en cada desempleado un problema y buscan soluciones.

Ante más de 500 personas en el anfiteatro de La Rambla almeriense, avisó de que aunque algunos ya hayan metido el champán en la nevera, el 20 de noviembre los socialistas volverán a tener otra victoria y dirán que lo han conseguido porque lucharon hasta el final a pesar de las circunstancias y porque sabían que no era imposible. Pidió a los ciudadanos que acudan a las urnas el 20-N, no por "por el miedo, no por el ocultamiento y no por las mentiras", sino por el convencimiento, apuntando que los socialistas quieren "votos convencidos".

El secretario general del PSOE andaluz aseguró que, tras diez días transcurridos de la campaña, se siente más fortalecido y satisfecho viendo como el PSOE cuenta con un candidato a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, que demuestra "fidelidad a sus ideas, templanza, conocimiento de la realidad y capacidad de llevar a cabo su proyecto". Rubalcaba sabe, según señaló, que para transformar la realidad hay que ser inconformista porque nunca está el trabajo hecho, sino que hay que seguir mejorando.

Además, en un día en que los sondeos coincidían en apuntar al desmoronamiento del feudo socialista en Andalucía, Griñán quiso hacer una llamada especial a los votantes andaluces, a quienes reclamó que no permitan que la historia se la escriban "los que jamás estuvieron al lado" de esta tierra, en referencia al Partido Popular. "No podemos confiar en quienes nunca han confiado en Andalucía", sentenció el dirigente del PSOE-A, para quien la apelación a la confianza del candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, más bien es un "acto de fe" porque nadie puede confiar en quien no desvela lo que haría si llegara al Ejecutivo.