Probablemente, Carmen Gómez Sousa, la maestra de Infantil autora de la obra O-céa-no, jamás pensó cuando la escribía que su teatro daría para tanto. En junio de 2018 realizaron seis funciones para todo el alumnado del Al-Ándalus y familias de los pequeños actores. En noviembre de ese año llevaron la escena hasta la Facultad de Magisterio para que los futuros docentes de Educación Infantil viesen, a modo de lección magistral, lo que alumnos de edades tan tempranas son capaces de hacer. Pero no quedó ahí la cosa. Durante el presente curso han actuado en el centro de magisterio Sagrado Corazón, en el Centro Multicultural de Pedro Abad para los alumnos del IES Sácilis y en el Teatro Olimpia de Villa del Río para el CEIP Poeta Molleda. Una tournée propia de los mejores artistas. Para todos estos niños se trata de una maravillosa experiencia que nunca olvidarán. No solo por la trama en sí de la obra, concebida por Sousa como una forma de recapacitar y cuestionarse la relación que los humanos tenemos con la naturaleza, sino por todo lo que su puesta en escena conlleva de horas de trabajo extra. «Para ensayar hemos tenido que ir al cole por las tardes, pero no nos importaba, ni a los alumnos, ni a los padres ni a los docentes que hemos participado, porque estábamos entusiasmados», explica la autora.

Pero O-céa-no no se queda en la mera representación teatral, con todo lo positivo que ya de por sí conlleva para los pequeños actores implicados. Además de la vivencia en sí, esta experiencia educativa contribuye a que los alumnos superen la timidez, especialmente presente en estas edades; eleva la confianza en sí mismos y la autoestima, aspectos que hay que trabajar desde pequeños; aprenden, no solo a respetar a los demás, sino a comprometerse con ellos; desarrollan la expresión verbal, musical, corporal y gestual o mejoran la memoria, ya que cada personaje tiene que recordar sus frases y las del resto para entrar en escena en el momento exacto. Éstos, y otros tantos, son los beneficios que repercuten en el alumnado y en sus familias, sensibilizadas acerca del proceso educativo de sus hijos.

Durante la representación, que dura unos 60 minutos, van desfilando una serie de personajes marinos tales como tortugas, ballenas, focas o peces que van haciendo ver al espectador los efectos nocivos que tienen sobre el océano el uso indiscriminado de plástico, los vertidos de petróleo o la contaminación lumínica y acústica. Una hora para una necesaria reflexión.