La crisis ha llevado a muchos consumidores a modificar sus hábitos de compra y consumo. La pérdida de trabajo o el miedo a ser despedido causó un recorte del gasto general que ha afectado a todas las partidas, también la de la alimentación. Por ello, cambió la manera cómo y dónde los ciudadanos realizaban la compra para llenar la nevera y la despensa. De hecho, para ahorrar y tener un mayor control de las finanzas, uno de cada tres consumidores ha dejado de llenar el carro de la compra (una gran compra mensual) para pasar a comprar varias veces por semana. Así lo asegura el estudio de Aecoc Shopperview, que ha analizado las nuevas tendencias del consumidor. Las empresas del sector analizan constantemente cuáles son los hábitos de compra de los ciudadanos, porque deben ofrecer lo que los consumidores necesitan: envases individuales, supresión de cajas superfluas... Todo, con el objetivo de satisfacer al cliente.