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LA CRÓNICA

Las buenas intenciones

El Córdoba gana en Reus después de nueve jornadas sin hacerlo apoyado en un inconmensurable Kieszek

FOTOGALERÍA / Las mejores imágenes del triunfo del Córdoba en Reus

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Eric Kennedy era un hombre cariñoso, enamorado de su mujer, un padre competente, tierno, cuya hija era su icono, por lo que junto a Meadow, de seis años, emprendieron ambos un viaje por Estados Unidos, un periplo de omisiones, de oscuridades, de huida hacia delante. Porque Eric era también un hombre con un pasado en Europa y una llegada a América que no invitaba a tenerle cariño, llena de mentiras, falsedades, silencios…

Esas dos caras las sigue teniendo el Córdoba, casi más la institución que el equipo, aunque también el conjunto blanquiverde continúa transmitiendo, tanto en las buenas como en las menos buenas, varias luces y bastantes sombras, según se quiera mirar. Habrá que centrarse en lo primero sin olvidar lo segundo, porque el Córdoba de Carrión se estrenó en Liga con triunfo en donde sólo ganó el Levante: Reus. Además, cortaba una racha de nueve jornadas sin lograr el triunfo, lo que se llevó por delante a Oltra, y Rodri volvió a anotar en Liga tras 71 días de sequía y 761 minutos. El entrenador catalán mantuvo el grueso del equipo que le dio éxito en Copa y le salió bien. Primero, porque anotó el Córdoba cuando la mitad de los espectadores aún no se había sentado, lo que dio un punto de tranquilidad propia y de tensión en el rival. Segundo, porque emergió un Kieszek soberbio, que evitó al menos cuatro goles de los rojinegros, y tercero, porque el conjunto blanquiverde elevó el nivel de competitividad, de disputa de los balones divididos, de corazón.

Tras el gol tempranero de Juli tuvo el conjunto blanquiverde los mejores minutos del partido en el siguiente cuarto de hora. Intentar salir con el balón jugado desde abajo, superar la presión rival y, desde el mediocampo del adversario, tener metros para correr y generar problemas al contrincante. Lo hizo bien el Córdoba en esos minutos, aunque a partir del 20 comenzaron los problemas. Ese plan, combinado con la configuración de la plantilla, deja sin posibilidades las llegadas por dentro, por lo que hay que recurrir a las bandas. Y los únicos futbolistas en la plantilla que no van al hueco, con desborde por habilidad técnica tienen tanta capacidad para ello como bisoñez: Guille Donoso y Javi Galán, que debutó ayer en Liga de manera notable.

Además, a la media hora de encuentro, el Córdoba volvió a dar muestras para seguir desconfiando de su capacidad física y a partir de ahí tuvo que aparecer el polaco como salvador del equipo. Un disparo de Rodri, con bote, en el minuto 26, al que tuvo que responder Edgar Badía, pareció el final de un Córdoba que, a partir de ahí, vio cómo el Reus iba creciendo paulatinamente. Dos minutos después, apareció por primera vez Kieszek en un disparo a la mediavuelta de Haro en el área pequeña. El mediocampo blanquiverde comenzaba a perder fuelle y balones, como en el min. 31, cuando Haro aprovechó uno para llegar hasta el fondo y pasar a Chrisantus, que sólo debía empujarla. Pero volvió a aparecer el polaco. Una individualidad de Javi Galán fue el único atisbo del Córdoba en el tramo final del primer tiempo, en el que Chrisantus y Carbiá tuvieron el gol en sus botas, pero de nuevo Pawel Kieszek estuvo ahí, con sendos paradones, para evitar lo que parecía inevitable. Los espacios entre líneas aumentaron en esos últimos 20 minutos y la capacidad física mermó, aunque no las ganas de competir y pelear.

El planteamiento inicial, en cuanto a concepto, idea o filosofía, llámenlo como quieran, dio paso a otro más evidente ante la falta de resuello cordobesista. El contragolpe se tenía que convertir en el arma para rematar el duelo ante un Reus que no ha brillado en toda la temporada por su capacidad goleadora, precisamente. Carrión metió a Esteve con la intención, infructuosa, de mantener algo más la posesión de balón y en una individualidad de Javi Galán, que dio un pase clarividente a Rodri, llegó el segundo gol, que debía ser el de la tranquilidad.

Pero lejos de eso, el Córdoba fue perdiendo metros y más metros. Si con un Borja desfondado el mediocampo perdía consistencia, con Alfaro no le fue mejor, mientras que a Javi Galán ya no le daba ni tan siquiera para aparentar que ayudaba a Cisma. Así, el Reus ganó en presencia, en empuje, pero le faltó lo de siempre en esta temporada: remate, gol. Por lo tanto, el Córdoba se movía más por corazón y ganas de llevarse el partido aunque fuera con la vista nublada, mientras que el Reus, que metió a Jorge Díaz por Haro y a Querol por Carbiá, rondaba el área blanquiverde, aunque sin excesivo peligro.

Se llegó al tramo final para que apareciera otro de los problemas de este equipo: Babic cabeceaba sin marca un saque de esquina botado por Jorge Díaz, apretaba el marcador y disparaba los nervios. Pero el empuje de los rojinegros volvió a estrellarse contra el muro polaco dos minutos después de su único tanto. Un paradón con el pie de Kieszek en un disparo abajo, ajustado al palo, de Jorge Díaz dejó claro que anoche en Reus era imposible superar a Pawel Kieszek aunque Pulido Santana hubiera prolongado media hora más el encuentro.

Erik escribía a su exmujer su periplo con Meadow desde la cárcel en la que le recluyeron por secuestrar a su hija. Las buenas intenciones retrata que alguien es capaz de gestos nobles y, a la vez, generar un sinfín de imposturas, mentiras y oscuridades. Carrión demostró ayer estar lleno de esas buenas intenciones. Sólo hace falta que tenga el respaldo necesario y suficiente para que éstas puedan desarrollarse. Con sinceridad, sin trampas ni patrañas, al contrario que Erik.

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