Grecia está de moda. Para lo bueno y para lo malo. En una noche en la que los ojos de Europa ya comenzaban a estar pendientes del futuro griego, y de forma inesperada, la selección de Fernando Santos --no deja de ser curioso que el técnico sea un portugués, otro país en dificultades en la zona euro-- dio la mayor alegría a sus conciudadanos. Lo que debía ser un sábado noche de meditación pensando en las elecciones de ayer, se convirtió en una velada de éxtasis. Atenas se echó a la calle. Y no lo hizo para protestar por los recortes y los problemas económicos. La gente salió para festejar el gol de Giorgos Karagounis, el nuevo héroe heleno, el autor del gol a Rusia que catapultó a su equipo hacia los cuartos de final de la Eurocopa 2012.

Lo primero que hizo Karagounis, después de abrazarse con sus compañeros, fue acordarse de sus conciudadanos cuando la clasificación de Grecia ya era un hecho. "Hemos puesto una sonrisa en la cara de nuestros compatriotas. Prometimos a nuestra gente, cuando vinimos a disputar la Eurocopa, que lo daríamos todo. Y lo hemos cumplido", afirmó.

El pase se ha cimentado con lucha, con entrega y aprovechando al máximo la renta escasa de goles: tres tantos en los tres encuentros disputados: 1-1, contra Polonia, 2-1, derrota ante la República Checa, y la sorprendente victoria por 1-0, que eliminó a Rusia.

El segundo encuentro que jugó Grecia fue muy flojo, lo que provocó las críticas, no sin ironía, de algunos periódicos extranjeros, sobre todo británicos. El Mirror, por ejemplo, lo tuvo muy claro, aunque falló en los pronósticos: "No hay que esperar milagros como en el 2004 cuando fueron campeones. Se van a ir a casa con dos puntos". Karagounis, como capitán, fue el encargado de responder al comentario: "No teníamos nada que demostrar".

Y, también en referencia a la complicada situación griega, el técnico Fernando Santos imploró a la historia y a los clásicos para fortalecer la clasificación de sus jugadores: "Grecia fue la cuna de la democracia y no tenía por qué recibir lecciones de nadie". El azar ha llevado a que Grecia se juegue el pase a semifinales ante la todopoderosa Alemania, con la sombra de Angela Merkel. El no va más para los griegos. "Será el partido de nuestro orgullo", ya ha sentenciado Karagounis.