Han sido demasiados días. Y las esperas suelen teñirse de angustia e impaciencia. En el Córdoba tan solo existía lo segundo, gracias a una temporada tan imprevisible como sensacional. El destino ha sido malévolo y ha querido que el mayor parón de partidos blanquiverdes se dé tras la derrota liguera más abultada. Parece que ha pasado un mundo desde aquella helada noche de viernes en Soria. O al menos una estación. Hoy no harán falta camisetas térmicas, zapatillas especiales ni inspecciones de césped. Hoy saldrá el sol y el día primaveral invitará a pasear, a tapear, a disfrutar del domingo y cuando caiga el sol, a refugiarse en El Arcángel para dar más calor, en caso de que aparezca la brisa nocturna, a un equipo que está brindando la temporada más onírica --en cuanto a juego y resultados-- que se recuerda en muchos años. El sueño ahora solo se puede acariciar, pero si el Córdoba le gana a Las Palmas, pasadas las nueve y media, estará inmerso en él.

El batacazo ayer del Elche en su propio estadio --0--3 ante el Recreativo, que se está comportando como un verdadero hermano de los cordobesistas, pues la semana pasada también le ganaron a un rival directo, el Hércules-- ha dejado al Córdoba a solo tres puntos de las eliminatorias de ascenso. Como precisamente es el conjunto ilicitano quien ocupa la sexta plaza, los de Jémez le desbancarían al tenerle ganado el enfrentamiento particular.

Enfrente estará un equipo que aspira a agarrarse a esos puestos de privilegio. Aunque en sus últimos ocho desplazamientos ha perdido seis partidos (Numancia, Recreativo, Huesca, Hércules, Alcorcón y Alcoyano) y ha empatado dos (Cartagena y Sabadell) ha sido capaz de ganar en el campo del Celta (1--2) y de empatar en el del Almería (1--1). Eso sí, sus antecedentes en El Arcángel son negativos. Tres derrotas consecutivas.

Será un partido especial para Paco Jémez, que se enfrentará a su último equipo. Allí dejó una impronta que nadie olvida. Sobre el campo estarán algunos jugadores a los que él dio la alternativa, como Jonathan Viera o Vitolo, los dos principales valores de la cantera canaria.

El técnico, finalmente, podrá contar con López Garai, que se ha recuperado de las molestias que padecía en los últimos días. La presencia del vasco se antoja fundamental en el esquema cordobesista. Capaz de multiplicarse en tareas defensivas, es algo más que un pivote defensivo; o al menos, el pivote perfecto.

Por delante de él estarán Hervás y Caballero, los hombres que deben llevar a la práctica la idea de Jémez, tener el balón. Se espera un partido abierto, bonito para el espectador, que agradece cuando dos equipos dejan a un lado la especulación y se centran en jugar.

En ataque, Airam vuelve a la convocatoria, de la que se cae Tena. El caso del central es curioso. Fue titular ante el Almería y siete días después no entró en la lista ante el Valladolid. Ahora vuelve a ocurrir lo mismo. Tras jugar en Soria, hoy estará en la grada. Al igual que Quero, aunque esto ya es habitual.

Por fin se acaba la espera. El Córdoba ha tratado de combatir la rutina de esta semana con una subida a Los Villares y un partido ante el filial. Pero el tedio hoy ya es historia.