Lo mejor que le ha podido venir al Córdoba es que llegue el parón navideño. Es muy evidente, sobre todo porque después de tener un comienzo de liga aparentemente prometedor e ilusionante, ha perdido en estos últimos encuentros la ventaja que tenía en la clasificación y puede comenzar a perder la credibilidad.

Y es que el Córdoba se ha empeñado en ser un equipo muy reservón, donde la capacidad ofensiva del equipo es escasísima, haciendo del sistema defensivo su único criterio creíble de juego y que expone en los partidos. Si bien es cierto que su fuerte sistema defensivo, su máxima concentración y el hecho de aprovechar las jugadas de estrategia le han dado puntos, no es menos cierto que no está sabiendo administrar esa ventaja.

En estos últimos partidos, le han jugado al Córdoba como juega él: sabiendo que pueden conseguir un empate, no importando no tener oportunidades, conocedores de que el Córdoba se siente muy cómodo con el empate y no arriesga cuando tiene este resultado.

El dominio del equipo, ayer, en la segunda parte fue ficticio porque al ir ganando cero a dos, el Albacete se limitó a darle el balón y de defenderse, siendo consciente que el Córdoba no tiene esa capacidad ofensiva que requería el partido.

En fin, como hemos dicho al principio, lo mejor es que todos se vayan de vacaciones, vengan con ideas nuevas y dejemos que en este periodo donde se abre el mercado invernal de fichajes actúe la dirección deportiva con más acierto que al principio de la temporada.