Corren tiempos marcados en rojo, como los de hace 44 años en España, paradójicamente en blanco y negro para la generación del airganboy , el Oliver y Benji o la del Grand Theft Auto actual; rojo de la selección española, del calendario histórico de la memoria colectiva del fútbol nacional por culpa del dichoso gol de Marcelino a la ex Unión Soviética, del liquido básico que bombea a golpe de infarto en las últimas semanas en el motor de vida de todo español (urkullus catetos aparte).

"Rojo está el teléfono desde hace días", contesta atropellado y jovial Jesús Pereda, uno de los componentes de la plantilla campeona de la Eurocopa de 1964, compañero de Luis Suárez, Gento, Fusté, Iríbar, Rivilla, Calleja, Zoco, Amancio, Marcelino... y Villalonga.

José Villalonga Llorente, entrenador de fútbol --"creo que era capitán del ejército", recuerda Chus a Diario CORDOBA, al que le interrumpe una compañera de Marca , una tal Rocío, que le busca billete de tren hasta Madrid para empaquetarlo con otros veteranos hacia Viena--. Y, además, cordobés. Porque "don José", como le recuerda con respeto Pereda, "ha sido el más grande, un fenómeno". No en vano dirigió, hasta ahora, al único equipo español que ha ganado un europeo de fútbol --bases aparte--. Uno, el único: "Y junto a Luis (Aragonés), los dos mejores seleccionadores de la historia", como también señala su compañero Marcelino. "Psicológicamente, tienen un trato muy especial con sus hombres", apunta. Y dos, sobre las bases, porque según Pereda "en esta selección hay jugadores campeones de Europa y del mundo en categorías inferiores y eso hace mucho. Por eso hay que felicitar a la Federación Española por el trabajo que ha hecho".

José Villalonga, cordobés, pasó a la historia del fútbol por llevar a España a la consecución de su único título internacional hasta la fecha. Durante los últimos días se recuerda el gol de Marcelino, otros, a este lado de Despeñaperros, a su director de orquesta: don José Villalonga.