Zarpazo del Lucena CF , que devolvió la moneda del partido de la primera vuelta al Alcalá al vencerle en su vetusto Estadio Francisco Bono por un merecido 1-2 en un partido que tenía componentes emotivos suficientes para motivarse y conjurarse a favor de la victoria.

Los hermanos Dani y Jesús Lanza, que cuarenta y ocho horas antes del encuentro habían dado su último adiós a su querida madre, María Morilla, víctima de una grave enfermedad, no acusaron su bajón anímico y auparon a sus compañeros a obtener un triunfo que resultaba decisivo para las aspiraciones del cuadro aracelitano de cara a la permanencia.

En una mañana desapacible, con lluvia constante que imprimió una gran velocidad al juego de ambos conjuntos, el Lucena fue superior a los pupilos de Antonio Gil, aun cuando estos se adelantaron en el marcador, en la primera ocasión de gol que tuvieron en el choque, para lo cual intervinieron dos de los ocho ex cordobesistas, que militan en el Alcalá. Este resultado suponía un jarro de agua fría para los lucentinos, que hasta ese momento habían sido superiores, haciendo un primer cuarto de hora excelente con tres claras ocasiones de gol, sobre todo la primera en el minuto uno, con tiro al travesaño de Velasco y cuyo rechace no pudo cristalizar tampoco el argentino Diego Herrera en gol.

En cambio, la alegría duró poco en la parroquia local, que vio como el currante Diego Herrera marcaba cinco minutos más tarde, merced a un espléndido centro de Dani Lanza. Empate a uno y los jugadores lucentinos se fundieron en un abrazo para dedicar el gol a la madre de los Lanza.

Jesús Lanza quería ofrecerle a su difunta madre un gol, y la verdad es que estuvo a punto de conseguirlo antes de llegar al descanso dos veces.

En la segunda mitad, pronto el Lucena sentenció el encuentro gracias a un buen pase interior del mayor de los hermanos Lanza, que el granadino Juanma Ortiz, muy pundonoroso toda la matinal, se encargó de ejecutar en gol.

A partir de ese momento, el cuadro de Lucena se dedicó a verlas venir y esperar a la contra alguna oportunidad para matar el duelo, algo que pudo hacer Diego Herrera a falta de dos minutos. Cuando las manecillas del reloj señalaban el minuto noventa, el buen delantero alcalareño Andrés Armada estrellaba el balón en el travesaño, lo que fue un alivio para los visitantes.