Mariano Aguayo 'reina' en Vimcorsa
La sala reúne la obra del pintor cordobés en una retrospectiva que aborda desde su obra más subjetiva hasta sus lienzos realistas de caza y tauromaquia
Un numeroso grupo de artistas, amigos y familiares del pintor Mariano Aguayo se han dado cita este jueves en la sala Vimcorsa en la inauguración de una muestra retrospectiva del artista en la que se reúne parte de sus lienzos realizados entre 1961 y 2023.
Mariano Aguayo (Córdoba, 1932) goza de una enorme popularidad en Córdoba gracias a su maestría para el dibujo y a la audacia con la que interpreta los asuntos cinegéticos y taurinos, temáticas que quedan ampliamente recogidas en esta exposición, la primera retrospectiva del pintor, que está divida en tres partes, una por cada una de sus etapas. Así, se podrán ver desde su obra más subjetiva, hasta la más realista de temática de caza y, por último, la centrada en la tauromaquia, todo enlazado de tal forma que hace una perfecta narración de la trayectoria de Aguayo. Como gran experto en la caza, este es asunto que ha representado en infinidad de lienzos y acuarelas, y al que dedicó más de una veintena de publicaciones de referencia, además de incontables artículos en publicaciones como Diario CÓRDOBA. También es un notable aficionado a la tauromaquia y suyo es, por ejemplo, el histórico cartel de la corrida benéfica contra el cáncer del Coso de los Califas de 1965.
Un artista cercano a la nueva figuración española
Su trayectoria se inicia en la década de 1960, cuando se muestra muy cercano a la nueva figuración española. Forma parte de este movimiento de renovación plástica que proponía una superación de la dialéctica geometría/informalismo a través de un lenguaje plástico expresivo y liberado del rigor formalista.
Aguayo está presente en importantes exposiciones nacionales e internacionales que difunden esta nueva tendencia y también es un activo dinamizador de la vida artística de Córdoba. Además de transitar por las diferentes etapas del artista, esta ambiciosa retrospectiva descubre la coherencia interna en la evolución de su trabajo. Se constata, por ejemplo, cómo el retorno de Aguayo a la pintura en 2013 estaba inundado de referencias a su época neofigurativa de 1960. Con este gesto cierra un ciclo creativo, también vital, y se reivindica el artista, por encima de otras consideraciones, como un autor de su tiempo.
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