El próximo 11 de junio, el Patio de San Eulogio del Palacio Episcopal será escenario de un ambicioso concierto que la Orquesta de Córdoba ofrecerá a beneficio de Cáritas en su 75 aniversario. Esta actuación contará con el Coro de Ópera de Córdoba y los solistas Mariola Cantarero, Auxiliadora Toledano, Juana Castillo, Antonio Vázquez, Pablo García, Santos Ariño, todos ellos dirigidos por Carlos Domínguez, director titular de la Orquesta, que habla en esta entrevista de la importante función social de la formación, que finaliza la próxima semana una exitosa temporada de abono.
El próximo día 11, la Orquesta de Córdoba ofrecerá un concierto a beneficio de Cáritas. ¿Qué programa han preparado?
No me gustaría dar todos los detalles del concierto porque queremos sorprender al público, pero sí puedo decir que es un programa muy bonito en el que contaremos con seis artistas solistas y cada uno de ellos cantará una de las grandes arias del repertorio operístico. Intervendrá el Coro de Ópera, que también interpretará una pieza lírica, y, por su parte, la Orquesta hará lo mismo con una obertura de ópera. Esa será la primera parte del programa, en la que cada uno se presentará, mientras que en la segunda habrá dúos, colaboraciones entre todos y la música será de zarzuela.
Parece un programa muy ambicioso.
Así es. Son muchas obras distintas, muchos intérpretes y, además, será al aire libre… En la primera parte habrá obras de varios autores, como Rossini y Verdi, entre otros, y en la segunda sonarán, por ejemplo, Doña Francisquita y El Gato Montés.
¿Qué importancia le da a la función social de la orquesta?
La función de la Orquesta es, fundamentalmente, social y a varios niveles. En este caso, la parte benéfica es muy importante por lo que significa Cáritas, lo que ha hecho durante tantos años, y que cuenten con nosotros es importante porque somos el referente de la música viva en la ciudad, y para nosotros es un gran honor poder colaborar y ayudar a Cáritas.
Los días 16 y 17 finaliza la temporada de abono con ‘Fiesta Latina’. ¿En qué consistirá este concierto?
La idea es terminar por todo lo alto, y para ello hemos elegido un programa latino, muy marchoso, que va a gustar mucho y que contará con un solista como Pacho Flores, que es un trompetista clásico reconocido a nivel mundial y del que yo llevaba tiempo interesado en que viniera. Además de hacer el Concierto de otoño de Arturo Márquez, también estrenará una obra del violinista y compositor cubano Igmar Alderete, escrita especialmente para el trompetista. El final lo pondrá la Suite de la Estancia de Ginastera, una de las obras más emblemáticas del repertorio latino, con muchos percusionistas y una orquesta inmensa.
¿Qué balance hace de esta temporada que ahora finaliza?
La temporada ha tenido muchos puntos culminantes, a cual más bonito y especial para nosotros. Estamos muy contentos porque el público ha reaccionado muy bien, no solo por su asistencia. Hemos hecho obras que nunca se habían interpretado en Córdoba, como la Misa Solemnis de Beethoven, o conciertos escenificados como Historia de un Soldado, en colaboración con la Escuela Superior de Arte Dramático y el Conservatorio de Danza. Cooperaciones que son muy importantes de resaltar. También hemos tenido grandes solistas y directores invitados, como Anastasia Kobekina. Todos los programas han tenido algo especial, como el reestreno de las zarzuelas dedicadas a Córdoba, Leyenda mora y La Chiquita Piconera, que llevaban cien años sin tocarse.
También las críticas han sido bastante buenas y no es fácil contentar a todos. ¿Significa esto que hay que aumentar el nivel de exigencia?
Sinceramente, creo que la Orquesta está dando lo máximo actualmente y lo que hay que hacer, desde mi punto de vista, es apoyar más a la institución, que este año llega a sus 30 años de vida. Hay que subir su presupuesto para contratar a varios músicos que se necesitan. En la oficina también faltan cuatro personas y la gente está trabajando más de lo debido. Mi gran petición sería que, teniendo en cuenta que cumplimos 30 años, se le suba el presupuesto y poder cubrir esos puestos que nos faltan. No es un deseo, es una necesidad. A Brouwer le dijeron en su día que se cubrirían en unos cinco años, y han pasado 30 y estamos igual.
En efecto, la Orquesta de Córdoba dio su primer concierto en el Gran Teatro el 29 de octubre de 1992 bajo la batuta de su fundador y director titular, Leo Brouwer. ¿Está pensado cómo se celebrará ese aniversario?
Por supuesto, se va a festejar a lo grande y se recordará ese momento, pero no puedo avanzar nada de lo que se hará, igual que de la nueva temporada porque se va a presentar próximamente, pero lo que sí puedo decir es que será maravillosa y da un paso más.
¿Habrá nuevos programas, además de los habituales?
Añadir nuevas iniciativas es imposible porque no existen fechas para ello, ya estamos al cien por cien. Pero lo que sí haremos será dar un color nuevo a estos programas. Seguiremos con los conciertos familiares, habrá extraordinarios con cooperaciones distintas. En definitiva, nuevos colores y un paso más allá.
Esta temporada se ha dado un impulso a la lírica. ¿Hay algo en mente para la próxima?
Sí, ya está planeada una ópera en colaboración con el IMAE y esperamos una segunda, pero eso no depende de nosotros.
Después de 30 años, el cambio generacional es evidente. ¿Hay una buena cantera en Córdoba?
Sí, la cantera está creciendo, muchos de los refuerzos que tocan tiene origen cordobés. El trabajo que hace la Orquesta Joven de Andalucía es increíble, de hecho, varias formaciones europeas han contado con algunos de sus músicos. No tengo ninguna duda de que habrá muchos integrantes de la región.
Además del aumento del presupuesto, también sigue pendiente el auditorio.
Esa es la segunda gran reivindicación. Una orquesta de este nivel, con lo que está rindiendo y saliendo de Córdoba, no se entiende que no tenga una sede propia.
