Aunque, como dice Vega, «hay mucha gente que me dio por muerta cuando decidí ir por libre», esta independiente aventura musical ha dado como fruto el décimo disco de la carrera de esta valiente cantante y compositora cordobesa. Bajo el título Mirlo blanco, la artista reúne ahora doce temas que verán la luz el próximo 11 de febrero en los que se desnuda más que nunca sin buscarlo. En este nuevo álbum, cada canción es un alegato de una mujer de 42 años que es consciente de la sociedad en la que vive y en la que hay cosas que no le gustan.

‘Mirlo blanco’ es el título de su nuevo disco y también el de una de sus canciones, un viaje emocional que usted ha dicho que, de alguna manera, la define. ¿Se desnuda más que nunca en este disco?

Probablemente, sí, pero no ha sido de forma consciente. Al ser un disco que no está escrito por otra persona y en diferentes épocas de mi vida, no son canciones en las que yo estaba pensando si iban a acabar en un disco editadas. Me siento más libre que nunca, contando lo que quiero contar y como lo quiero contar.

¿En qué momento está Vega después de diez discos y 18 años de carrera?

Primero, estoy en un momento de madurez, disfrutona, con la tranquilidad en mi conciencia de haber construido una carrera sobre los valores y principios que yo quería. Probablemente, en el proceso, cuando eres más joven, te puede hacer sufrir pensar cuáles son mis expectativas como artista, adonde quiero llegar. Ahora, he conciliado muy bien el hecho de ser artista con quien soy como persona, y eso lo conseguí en el momento que monté mi propio sello discográfico.

Es el quinto trabajo que graba con su sello propio. ¿Ha sido duro llegar a esta independencia? ¿Ha tenido que pagar un precio?

Por supuesto. Y no solo es que haya sido duro, es que lo sigue siendo. Soy responsable no solo de la parte creativa, de los aciertos y equivocaciones cuando decides qué adelantos sacas, de qué forma vas a hacer llegar tu disco o como lo vas a vender, sino también de cada factura que llega. Mantener esto desde el 2013 ha sido y es muy complicado.

Pero no se arrepiente de la decisión.

Creo que no. Cuando empiezo a grabar un disco me siento muy orgullosa y satisfecha, pero cuando sale a la calle comienzan los vértigos. En la parte creativa nunca tengo dudas, pero sí en la económica. Es una inversión muy grande porque diez discos en el mercado y una cierta trayectoria te obliga a que las inversiones vayan acordes al lugar al que has llegado. Esto, cuando hay una multinacional detrás, es muy fácil, pero cuando eres un artista independiente, donde todo entra del mismo sitio, vienen los nervios. Me tomo cada disco como si fuera el último, porque, realmente, puede serlo. Hay mucha gente que me dio por muerta por la decisión de ir por libre, pero a mí me ha reforzado.

«Creo que si algo me define como artista es mi actitud andaluza a la hora de cantar»

En su segundo adelanto, ‘Bipolar’, pone sobre la mesa el debate de la salud mental. ¿Por qué lo ha hecho? ¿Por usted o para dar visibilidad a esta dolencia?

Bipolar es la última canción del disco que escribí y me planteé qué me falta por contar. Cumple dos funciones. A nivel personal, necesitaba quitarme el lastre de contarme a mí misma que es lícito sentirse mal, la salud mental para mí es estar en forma psíquica, y es tan importante como estar en forma física. Es una constante en nuestra vida, que tiene altibajos. Hasta ahí todo es normal. El problema es saber reconocer cuando entras en una espiral. Necesitaba hablar de esto porque yo misma lo he sufrido y he recurrido a pedir ayuda privada, algo a lo que he tenido la suerte acceder como tiene que hacer todo el mundo porque en la salud pública no hay psicólogos suficientes, no te hacen caso o te derivan a psiquiatría, cuando a lo mejor lo que necesitas es que te escuchen y que te ayuden a encontrar el problema. Y hay gente que hace un sobreesfuerzo económico para acceder a ello de forma privada porque es una dolencia que te impide trabajar y ser feliz.

En ‘Patria’ vuelve a sus orígenes con aires de rock andaluz. ¿Pretendía rendir homenaje a su tierra?

Sin lugar a dudas. Quería hacer un homenaje a mis recuerdos, a mis raíces, esas cosas que echo de menos después de tantos años de ese periplo de buscar fortuna fuera de mi tierra, lo que no quiere decir que seas menos andaluz, porque ese amor al sentir andaluz lo tienen los todos los andaluces que trabajan muy duro tanto en Andalucía como fuera de ella. Y dentro del disco, como último tema, lo planteo como un revés final de mi bata de cola. Creo que si algo me define como artista, más allá del género que haga, es mi actitud andaluza a la hora de cantar, y esto viene de raíz.

Ese amor por Andalucía ahora lo comparte con Galicia. De hecho, en el disco hay guiños al gallego e, incluso, al vasco. Parece muy plural.

Es una tierra en la que he vivido mucho tiempo, mi segundo hogar, donde he formado mi familia y tengo mucho que agradecerle. De ahí esos guiños. Lo que representa en realidad es el amor que tengo por la diversidad y el folclore que me ha aportado la gente que me rodea. El productor y director musical del disco es vasco y llevo 15 años trabajando con él.

¿Qué otros temas sobrevuelan en el disco?

Hay una canción, Ladra, una colaboración que hago con dos artistas latinoamericanas, que es una reivindicación del derecho a hablar y decir de las mujeres y a erigirnos en dueñas y señoras de nuestras carreras. Es casi una manifestación cantada en el que todo el mundo es bienvenido a entender que cuando una mujer es firme en sus decisiones y tiene claro lo que quiere puede ladrar mucho, pero nunca le pondrás un bozal. También hay un tema que hago con Manuel Carrasco que se llama Contigo que le he escrito a mi marido. En general, es un disco que toca temáticas que hacen alegatos de una mujer de 42 años que es consciente de la sociedad en la que vive y que hay cosas que no le gustan. Aire, por ejemplo, es una defensa de la infancia, porque a veces depositamos en los niños toda la responsabilidad de que las generaciones futuras vendrán a arreglar lo que no nos da la gana de arreglar nosotros hoy y ahora.

«Me voy a instalar en Córdoba, todo lo que tenía que hacer fuera como artista ya lo he hecho»

¿Cuándo comenzará a llevar este disco en el escenario?

Empiezo el 4 de marzo en Valencia, y la primera fecha en Andalucía es el 11 de marzo en Córdoba, en la sala Hangar. Hay diez citas a las que seguiremos añadiendo fechas. Es un año difícil, porque después de este tiempo de pandemia todos estamos deseando actuar y es difícil encontrar disponibilidad de salas, pero tengo la intención de tocar en todas las ciudades andaluzas antes de que acabe el año.

¿Tiene ganas de volver a encontrarse con el público?

Lo que más me gusta de todo esto es componer las canciones, grabarlas, encontrar la sostenibilidad y la inclusión que yo busco en la forma de hacer mis discos y, por último, ponerlos delante del público. Mi carrera la ha sustentado un público que ha estado a la duras y a las maduras, siempre fiel, y tengo ganas de agradecérselo.

¿Qué prefiere, escenarios grandes o pequeños?

En Córdoba actuaré en la sala Hangar, pero estoy deseando que algún día me brinden la oportunidad de volver al Gran Teatro. Tampoco he participado en ningún evento en Córdoba y hay a veces que me pregunto por qué.

Precisamente, acaba de arrancar el proyecto Córdoba, Ciudad de la Ideas. ¿Lo conoce?

Sí, me parece una maravilla. Mi intención es instalarme en Córdoba definitivamente en septiembre. Todo lo que tenía que hacer como artista fuera ya lo he hecho y creo que me merezco trabajar desde mi tierra y poder disfrutar de mi familia, de mis amigos y de mi ciudad.